Sus diminutas y suaves manitos sostenían un estetoscopio de juguete que colocaba sobre el corazón de su padre mientras interpretaba en su juego su papel de doctor.
¿Cómo se escucha mi corazón?, le preguntaba su amoroso progenitor Rony Umanzor mientras acariciaba la pequeña cabeza ya sin pelo del simpático Christopher de cuatro años.
“Papi, tu corazón hace pum, pum”, respondió el dulce menor que realizaba el mismo juego con su madre Karen Machado mientras esperaba su cita médica en la Sala de Niños con Cáncer del hospital Escuela Universitario (HEU).
En diciembre del año anterior los padres de Christopher emprendieron una dura lucha por combatir un meduloblastoma en el cerebro de su único hijo que ahora amenaza con robar su inocente vida.
El meduloblastoma es el tumor maligno más frecuente, constituye el 20 por ciento de los tumores primarios del sistema nervioso central y el 40 por ciento de los que se originan en el cerebelo.
“A él lo intervinieron, fue operado el 3 de diciembre y lo remitieron para que recibiera radioterapia, pero su tumor es regenerativo, hace dos días le hicieron otro examen y sale que tiene más tumor, es decir que el tratamiento no ha funcionado”, explicó Karen.
La joven madre guardó silencio por unos segundos y fijó su mirada en su pequeño hijo mientras de sus ojos brotaron pequeñas lágrimas que bañaron poco a poco sus ruborizadas mejillas.
“Este mes ya comenzó con alta dosis y se me ha puesto bien mal, esto ha sido muy duro para nosotros, no hay palabras para describir el dolor que me da ver a mi hijo en esta condición”, dijo entre lágrimas.
La angustia
Al sufrimiento de esta joven pareja originaria de Comayagua se agregó también la incertidumbre por requerir de un tratamiento de alto costo y no tener los recursos necesarios para enfrentar la enfermedad de su menor.
“Hemos estado preocupados por los medicamentos, al principio los medicamentos los proporcionaba la Fundación para el Niño con Cáncer, pero hay problemas, con estas altas dosis no nos lo proporciona la fundación ni el hospital, ahorita lo gestionamos en el Seguro Social y el Seguro nos lo pagó”, comentó.
“Uno aquí lucha contra el cáncer con las manos vacías, nos sentimos desesperados, no sabemos a dónde acudir, mi niño necesita una nueva operación, pero ninguno de los médicos se compromete porque es demasiado riesgosa, nos dijeron que en Estados Unidos nos daban más esperanza, pero no tenemos dinero para pagar un viaje así”, agregó.
Indefensos
Así como Christopher cada día unos cuatro mil niños hondureños a nivel nacional luchan contra el cáncer para ganar un minuto más de vida.
Sin embargo, los costos de los tratamiento para esta enfermedad se elevan cada año, ante los ojos de las autoridades de gobierno, que han hecho a un lado su responsabilidad de abastecer en su totalidad los tratamientos para los hondureños afectados, en especial a los menores.
Tal es el caso del hospital Escuela Universitario que, según denunció Nubia Mendoza de Zúniga, presidenta de la Fundación Hondureña para el Niño con Cáncer, desde el traspaso de la administración (2 años) el centro no ha dotado de medicamentos a los niños con cáncer.
La dama voluntaria explicó que pese a las gestiones realizadas a las autoridades universitarias, no se ha dado respuesta a sus demandas y en cambio se ha justificado que la falta de presupuesto impide la compra de estos costosos medicamentos.
Según la señora de Zúniga, la fundación debe entregar ahora el 100 por ciento de los medicamentos para los menores y su único respaldo es el apoyo de la población hondureña. Así también, el pago de entes como el Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS), que durante el período del doctor Mario Zelaya firmó un convenio en el que el IHSS se comprometió a remunerar el costo de las recetas que la fundación entregue a sus beneficiarios.
Necesidad
Actualmente la Fundación presta sus servicios en la Sala de Hematooncología Pediátrica de los Hospitales Escuela en Tegucigalpa, Mario Catarino Rivas y Leonardo Martínez, en San Pedro Sula.
Así como en las Clínicas de Quimioterapia Ambulatoria ubicadas en los hospitales: Roberto Suazo Córdova en La Paz, Regional del Sur en Choluteca, Gabriela Alvarado en Danlí, San Francisco en Juticalpa y Regional Atlántida en La Ceiba.
Para el año 2012 la Fundación donó unos 25 millones de lempiras en la atención de los pacientes con cáncer infantil que acuden a estos centros.
Aunque los costos de los medicamentos varían, en un solo menor pueden ser invertidos por mínimo unos 625 mil lempiras solo en la compra de medicamentos, esto sin tomar en cuenta el costo de la familia en cuanto alimentación, transporte y otros.
Según estadísticas del área de oncología pediátrica los casos de niños con cáncer se duplicaron en los últimos 12 años.
Para el año 2000 la institución reportó cerca de 120 casos y para 2012 y 2013 las cifras superaron los 300 casos.
En la actualidad, de cada 10 mil niños menores de 15 años, 8.7 padecen de algún tipo de cáncer infantil.
Estas estadísticas, más el costo de los medicamentos y la falta de atención de las autoridades privan a los menores de mantener una esperanza por sobrevivir reflexionó la señora de Zúniga.