Sin duda alguna, esta ciudad industrial volvió a demostrar que es la urbe de la cultura, de la tradición, el color y la alegría.
En horas de la tarde, millares de sampedranos y ciudadanos de diversas ciudades del país, se tomaron las principales calles de la ciudad para presenciar, una vez más, el esperado desfile de carrozas.
Las empresas públicas y privadas hicieron sus demostraciones de ingenio, creatividad y originalidad, todo con el afán de robarse los aplausos de miles que se congregaron a lo largo de la avenida Circunvalación.
Las bellas mujeres, con los coloridos, fueron una vez más la gran atracción.
Y es que estos trajes coloridos representan la esperanza de un pueblo que añora vivir en paz, en un ambiente de fiesta y libre esparcimiento.