Las tardes en que el periodista de prensa reflexionaba frente a una máquina de escribir para luego traducir los golpes de teclado en una noticia son solo una estampa del pasado.
El desarrollo tecnológico ha sido clave en el cambio de escenario de la actividad periodística. Cada comunicador social ha sido el actor principal con cuya actuación asume el reto de seguir difundiendo la información.
El pasado: labor meticulosa
En Honduras, y durante las décadas de los 60 y los 70, la máquina de escribir era el principal aliado del periodista de prensa escrita, así como el lápiz y la libreta.
Un error ortográfico o gramatical en la redacción dejaba inservible la cuartilla -equivalente a una hoja de papel en la actualidad-, por lo que la escritura ameritaba una reflexión previa profunda para minimizar el margen de equivocación.
En tanto, la fotografía pasaba por un proceso químico engorroso de revelado en un cuarto oscuro que duraba hasta treinta minutos por imagen.
La conclusión de los elementos anteriores daba paso a la forma y diseño del periódico. Fotografía y texto se acomodaban manualmente para luego reproducir en la imprenta miles de copias del periódico original.
Con el paso de los años, y con la llegada de la televisión a Honduras, las entrevistas solían prolongarse bastante, entre diez y veinte minutos, y qué decir de las tertulias que se armaban en la radio.
El voluminoso tamaño de las grabadoras y las cámaras de video contrastaba con su capacidad de almacenaje reducida, en comparación con los dispositivos actuales.
Los cambios
Una de las manos veteranas reconocidas de esa época, que todavía redactan con gran habilidad son las de German Reyes, corresponsal de prensa internacional.
Reyes, quien también se destaca por su incursión en la radio, inició en 1973 su labor periodística como fotógrafo de diario El Día, y desde entonces ha sido testigo de los cambios en los esquemas para reportear.
“Antes nos trasladamos a pie o en buses urbanos, luego aparecieron los taxis colectivos”, recordó Reyes, en contraste con la utilización de la flota vehicular que poseen los medios de comunicación de la nueva generación.
Relató que “cuando se viajaba, el periódico tenía que esperar a que el reportero regresara, redactara, mientras el fotógrafo revelaba las imágenes... un proceso que podía extenderse hasta la madrugada”.
Pero la compañía de los fotógrafos no siempre fue frecuente, y para aplacar la escasez de ellos, el reportero tenía que asumir su función, al cargar su propia cámara.
Siempre se buscaban alternativas para hacerle frente a las limitantes tecnológicas.
Para el caso, cuando se cubrían acontecimientos en zonas lejanas o en el exterior, el comunicador redactaba su nota y, luego, vía teléfono la dictaba a una secretaria en las oficinas del diario.
El surgimiento del fax permitió sortear este procedimiento y los envíos se volvieron más inmediatos.
El dinamismo del presente
Honduras no se escapó de la revolución informática que explotó a finales del siglo XX, lo que vino a imprimir un toque de dinamismo a la actividad periodística.
Rápidamente, las computadoras invadieron las salas de redacción y relegaron a las máquinas de escribir a la vitrina del pasado.
Y de forma todavía más intempestiva, los dispositivos digitales sustituyen a las grabadoras, las cámaras y las filmadoras análogas.
Las herramientas tecnológicas configuraron un nuevo proceso para editar, corregir, diseñar y publicar; la pantalla del monitor es el lienzo donde el diario coge forma y vida.
Antes del estallido del Internet, se conservaba el mismo esquema de ejercer el reporterismo, tanto en la prensa, la radio y la televisión.
Pero la masificación de esta plataforma digital también cambia los paradigmas periodísticos, lo que ciertos expertos denominan la generación 2.0.
Los iPad y los dispositivos inteligentes también asumen el papel del medio para escribir o dar transmisiones televisivas o radiales.
El móvil evita al periodista la necesidad de entrevistar personalmente a la fuente. Más allá de las llamadas, con las múltiples aplicaciones del celular -mensajería, BB Messenger, Whatsapp, para citar a las más conocidas-, el reportero obtiene valiosos datos.
Las empresas saltaron la barrera tradicional de informar, pues mantienen portales en línea para mantener actualizados a sus usuarios.
Las redes sociales son otro de los rostros que asimila actualmente un medio tradicional, sea impreso, radial o televisivo.
En la labor que realiza Hariz Matamoros, editor de la plataforma digital de Radio América, se ilustra con mayor precisión esta transformación.
Matamoros se encarga de actualizar la página web, el Facebook y el Twitter de la radioemisora, así como de enviar mensajes vía móvil a los usuarios.
Asimismo, junto a su equipo de trabajo, monitorea el acontecer noticioso nacional e internacional para actualizar los nuevos canales de información.
“Las redes sociales están en auge y, como estamos a la vanguardia, ocupamos estos instrumentos de la información”, explicó el editor.
Tal es la magnitud de las herramientas comunicativas, que las noticias de última hora -reveló Matamoros- son difundidas primero en estos sitios que al aire.
Este fenómeno, según los expertos, condensa el largo proceso de reportear, redactar, editar y difundir en un solo paso, cuando se informa desde estos medios.
Incluso, en años recientes, Facebook y Twitter se han convertido en poderosas fuentes noticiosas para los reporteros.
Es el caso de los funcionarios que divulgan información en sus cuentas o usuarios que reportan en el desarrollo de emergencias, indicó Matamoros.
Calidad
Sin embargo, German Reyes aclaró que la calidad de los contenidos noticiosos también deber ser una preocupación de los medios en constante actualización.
“Existen periodistas que dependen mucho de la tecnología y se han convertido en simples recolectores de declaraciones de las fuentes públicas o privadas”, argumentó el periodista que posee cuarenta años de experiencia.
Por otra parte, a veces la presión del público se combina con el bombardeo de información del Internet para contaminar la actividad del reportero y cae en la trampa de publicar datos erróneos.
En ese sentido, el editor de la plataforma digital de Radio América aclaró que tiene el cuidado de corroborar la información con los reporteros de la calle.
Matamoros profundizó que el aparecimiento de la tecnología también obliga al comunicador a multiplicar sus labores.
El periodista de hoy -coincidieron Matamoros y Reyes- no solo debe redactar, también tiene que transmitir simultáneamente, así como editar videos y audios.