La instalación de la primera legislatura del período 2014-2018, desarrollada ayer en el Congreso Nacional, resultó tranquila, novedosa, corta y solemne.
Se creía que se repetirían los incidentes vandálicos protagonizados por diputados de Libre el 21 y 23 de enero pero todo se desarrolló en un ambiente de armonía, tranquilidad, respeto, tanto dentro como fuera del hemiciclo legislativo.
Los diputados de los partidos Libertad y Refundación (Libre) y del Partido Anticorrupción (Pac), formalmente vestidos, estuvieron a la altura de las circunstancias exigidas por el acto, que representó el inicio de la transición democrática para un nuevo período de gobierno.
El presidente de la República, Porfirio Lobo Sosa, y el presidente de la Corte Suprema de Justicia, Jorge Rivera Avilés, fueron los grandes ausentes en la ceremonia que inició a las 10:00 de la mañana.
En su representación estuvieron la ministra de la Presidencia, María Antonieta Guillén, y la magistrada Rosa Lourdes Paz, respectivamente.
La sede del Legislativo lucía reluciente, limpia, adornada con ramilletes de flores y con sillas nuevas (no giratorias) para que los diputados se sentaran con más formalidad y respeto.
Lo novedoso del evento fue que las representantes del Ejecutivo y de la Corte Suprema de Justicia no pronunciaron sus discursos debido a que en las últimas sesiones de la pasada legislatura el Congreso Nacional modificó su reglamento dejando solo una alocución para este tipo de actos.
Así, la ceremonia resultó más corta y menos aburrida pero terminó con una tradición que permitía a los presidentes de esos poderes del Estado dejar testimonio histórico de lo que hicieron y dejaron de hacer.
La reforma al reglamento también redujo a uno el número de diputados que solían acompañar a los titulares del Ejecutivo y Judicial al momento de entrar y salir del salón de sesiones del Congreso Nacional.
De esta forma, la Ministra de la Presidencia fue acompaña en su ingreso por la diputada Gladis Aurora López, y la magistrada Paz por la congresista Lena Gutiérrez.
El acto, que coincidió con la celebración del Día de la Mujer, contó con la presencia de los expresidentes Rafael Leonardo Callejas y Manuel Zelaya (este último diputado por Olancho), la excandidata presidencial Xiomara Castro, parte del Gabinete de Gobierno, Fuerzas Armadas, el alcalde Nasry Asfura y cuerpo diplomático.
Por los incidentes ocurridos en las sesiones del 21 y 23 de enero, con motivo del nombramiento de las directivas provisional y en propiedad, se diseñaron dos cordones de seguridad y el cierre de las principales calles de acceso al Palacio Legislativo.
Sin embargo, todo mundo se preguntó por dónde ingresó un grupo de mujeres que se identificó como Movimiento Feminista, vestidas a la usanza de las brujas, que portaban cartelones en los que se podía leer mensajes críticos al “paquetazo”, a la conducta antiética de los diputados y a la pretensión de fusionamiento del Instituto Nacional de la Mujer (INAM).
“¡Nada que celebrar, mucho porque luchar!”, repetían, al tiempo que cuestionaban el reino de impunidad que hay en el país tras el asesinato de 630 mujeres el año pasado.
En la invocación a Dios, el padre Juan Antonio Salinas exhortó a los diputados a pedir iluminación a Dios para no repetir los mismos errores del pasado, mientras que el pastor Pedro Guardado dijo tener la fe de “ver un Congreso Nacional que legisle con la sabiduría de Dios”.
Los diputados guardaron un minuto de silencio por la sentida muerte del expresidente del Congreso, Rafael Pineda Ponce, ocurrida el jueves.
El único que pronunció su discurso fue el recién nombrado presidente del Congreso Nacional, Mauricio Oliva, que basó sus palabras en la necesidad de establecer un consenso entre las diferentes fuerzas políticas para discutir temas que sean del interés del pueblo.
En el pasado, este tipo de eventos se prolongaba hasta después de las 12:00 del mediodía. Ayer todo terminó a las 11:02 AM.