"Chano", de las campañas al sueño americano prohibido

El publicista y político hondureño Mario “Chano” Rivera Callejas busca la presidencia con una idea polémica: convertir a Honduras en Estado Libre Asociado de Estados Unidos mediante un plebiscito

  • Actualizado: 16 de noviembre de 2025 a las 22:00

Tegucigalpa, Honduras.—Eran las nueve y media de la mañana en Tegucigalpa y el “Chano Móvil” acababa de estacionarse frente a un gran complejo de oficinas.

Los rayos del sol mostraban el rostro del candidato estampado en el costado de una camioneta pickup: era una imagen sonriente que cubría la parte superior del vehículo, como si fuera su propia propaganda política.

Él bajó apurado, con el teléfono en la mano y una energía que parecía inagotable. Sonriendo, con un apretón de manos, y un “buenos días, jóvenes”, llegó a su oficina.

Citó a las 9:00 de la mañana, llegó 15 minutos tarde, pero nadie en la sala parecía molestarse. Es parte de su ocupación. Mario Rivera Callejas, más conocido como “Chano” Rivera, es un político atípico, casi un personaje de ficción. Es dueño de un canal de televisión, publicista de profesión y ha sido consultor político por más de treinta años.

Ahora, con 61 años, busca la presidencia de Honduras bajo la bandera del partido Democracia Cristiana (DC), pero, lo que lo hace tan polémico es su propuesta “unámonos a los gringos” para que “el sueño americano se viva en Honduras”. Literalmente, propone convocar a un plebiscito para convertir al país en un Estado asociado de los Estados Unidos.

“Quiero que no exista más un sueño americano, sino un sueño catracho”, dijo con convicción. Su tono no es de burla ni de provocación, él habla en serio.

“Mirá, yo no quiero que los hondureños sigan muriendo en el río Bravo o colgados en La Bestia. Si logramos una asociación con Estados Unidos, nuestros ciudadanos podrían viajar, trabajar o estudiar allá sin arriesgar la vida. Es una locura para algunos, pero para mí es sentido común”, dijo con tono seguro.

Dentro de su oficina las paredes hablan. Hay fotos y cuadros de sus siete hijos —seis mujeres y un varón—, una pintura en grande en la que sale él, su madre y “Marito”, su hijo menor, aunque evitó hablar de su intimidad y vida familiar a detalle. También están colgadas en perchas varias camisas del canal, de la Selección de Honduras y de uso diario.

Su prenda favorita es una camiseta negra con una “H” enorme en el pecho, el conjunto de visitante de la Selección Nacional de Honduras. “Es mi favorita, la que más me representa, me hace sentir orgullo”, dijo mientras la volvía a colgar dentro del mini ropero.

Los cuadros retratan a Chano como un hombre de familia, en ellos se expone su cercanía con sus siete hijos.

Usaba las manos para subrayar ideas. Pensaba antes de responder y nunca parecía incómodo ante ninguna pregunta, ni de esas interrogantes que podían ponerlo incómodo por su pasado como “cachureco” o militante del Partido Nacional.

Del marketing a la política

Antes de soñar con la presidencia, "Chano" Rivera, cuyo apodo salió de un programa mexicano llamado Los Polivoces, fue parte del engranaje político hondureño durante décadas. Estudió en Washington, Estados Unidos, en la “meca de la política mundial”, como él dice, y obtuvo una maestría en Mercadeo en Georgia, Atlanta.

Su vida profesional transcurrió entre campañas, encuestas y asesorías. Fue consultor de los expresidentes nacionalistas Ricardo Maduro y Rafael Leonardo Callejas y el gobernante liberal Carlos Flores. Además, acompañó la carrera de su hermano, Antonio Rivera Callejas, conocido como “Toño”, durante más de tres períodos en el Congreso Nacional.

También tiene una faceta poco conocida, ya que, según él, fue el compositor de la canción "Urge Mel", elaborada para la campaña del expresidente Manuel Zelaya y que recobró otro significado tras el golpe de Estado de 2009.

Rivera busca causar un impacto en la sociedad con su mensaje de anexión a otro país y quizás eso le haga ganar renombre en la política.

“He estado detrás de muchas historias del poder”, dijo sin vanidad. “Vi cómo se mueven los hilos. Por eso ahora quiero hacer las cosas distintas", aseguró.

En 2013 fundó su canal de televisión y más tarde el programa “Q hubo Chano”, un espacio que comenzó entrevistando personajes intrigantes como brujas, prostitutas, hombres que sobrevivieron a un rayo, etcétera.

“Eran entrevistas bizarras”, recordó con una sonrisa. “Yo quería mostrar lo que nadie mostraba”. Sin embargo, en 2020 su vida y pensamiento cambiaron. Rivera fue uno de los primeros hondureños en contagiarse de coronavirus. La enfermedad casi lo mata.

“Estuve 45 días con covid-19, con una embolia pulmonar. Y Dios me dejó aquí con un propósito y una misión”, contó bajando la voz. “Entendí el dolor del pueblo”.

Ese episodio lo llevó a dejar la comodidad del estudio de televisión y meterse de lleno a la política. Primero quiso crear un nuevo partido, pero el sistema —dijo— se lo impidió.

“Aquí el tripartidismo está hecho para que no surjan opciones nuevas. Les conviene a todos. Así que terminé en la Democracia Cristiana, un partido histórico, noble y con valores sociales cristianos. Desde ahí voy a intentar cambiar el país”, aseguró refiriéndose a la Democracia Cristiana.

Un sueño llamado “Estado Libre Asociado”

Su propuesta estrella como candidato a la presidencia —y la que más titulares genera— es realizar un plebiscito para que Honduras se convierta en Estado asociado de los Estados Unidos, al estilo de Puerto Rico.

“Puerto Rico en 1950 era más pobre que Haití”, explicó con precisión de encuestador. “Hoy tiene el PIB más alto de América Latina. ¿Por qué? Porque el 80% de su presupuesto de seguridad lo absorbe el gobierno federal estadounidense. Eso permitiría que los recursos de Honduras se inviertan en educación o salud”.

Su polémica propuesta tiene dos fases: una asociación libre como la de las Islas de Micronesia, Palau y las Islas Marshall —que les garantiza defensa, becas y acceso migratorio— y, más adelante, una integración más profunda.

“Yo no le tengo miedo a soñar. Que la gente decida en las urnas si quiere unirse o no. Si dicen que no, es no. Pero que lo decidamos democráticamente”, afirmó.

Rivera sabe que su propuesta puede sonar "extravagante" en un país donde la gente suele votar por costumbre o resignación, hablar de anexarse a Estados Unidos parece una herejía política.

Pero él insistió en que su misión no es complacer, sino mover el imaginario colectivo. “Las ideas nuevas siempre suenan locas al principio”, aseguró. “Quizás estoy adelantado a mi tiempo, pero más temprano que tarde esas ideas se van a volver realidad”, planteó.

Lo cierto es que su figura ha empezado a despertar curiosidad y también cuestionamientos sobre la legalidad de su propuesta. Incluso, intentaron inhabilitar su candidatura por violentar los artículos 2, 4, 5 y 374 de la Constitución de la República, en los cuales se hace mención sobre la soberanía y forma de gobierno de Honduras.

"Chano" Rivera no pertenece a la vieja guardia política, pero tampoco es un "outsider" ingenuo. Ha estado en la política sin mojarse las manos, según algunos analistas, pero ahora llega de forma polémica.

Es un hombre que conoce el poder desde adentro, que ha visto cómo son las campañas y que ahora quiere usar ese conocimiento para desbaratar el juego.

“Yo sé cómo piensan los políticos tradicionales. Todos prometen cambio, pero lo primero que cambian es su estilo de vida. Yo no. Yo voy a seguir siendo el mismo 'Chano' que se ríe con sus amigos, que juega golf los domingos, que almuerza baleadas en la esquina", aseguró.

Mientras hablaba, el sol entraba por la ventana de su oficina y caía sobre el retrato de sus hijas. Detrás de su escritorio, una Biblia abierta y cientos de papales completaban la escena. No había grandes lujos, solo papeles, una calavera que le recuerda la muerte y un televisor encendido en silencio.

Milei, Bukele y la Biblia

"Chano" Rivera podría percibirse como un político singular: combina ideas libertarias, cristianas y de mano dura.

“Soy libertario, como Milei”, afirmó, refiriéndose al presidente de Argentina, pero también dijo creer "en la mano dura de Bukele. Vos no podés recuperar el país si no recuperás primero el territorio".

Su plan de seguridad incluye alquilar mil celdas a Bukele en El Salvador para enviar allí a los criminales más peligrosos de Honduras, como los extorsionadores, violadores y corruptos.

“Si son políticos corruptos, también se van”, advirtió sin pestañear. “Allá no hay cárceles discotecas como aquí", comparó, refiriéndose a los recientes hallazgos adentro de Támara.

Pero junto a la represión propone “la mano amiga del Estado”: inversión social, canchas, cultura y empleo en los barrios. “No basta con capturar a los mareros. Hay que darles oportunidades a los cipotes para que no caigan en eso".

En educación, sugirió volver a leer la Biblia en las escuelas públicas. “El país se volvió un Estado laico y las aulas se llenaron de maras y droga. Si metes a Dios en las escuelas, los niños crecen con valores. Hay que enseñar inteligencia emocional, no solo matemáticas", comentó, compartiendo pensamiento con el candidato liberal Salvador Nasralla.

Su ministro de educación ideal, dijo, sería el padre Roberto Páez, “un académico que puede devolverle el alma a la enseñanza hondureña”.

De ganar las elecciones, considera necesario volver al servicio militar obligatorio, pero que sea remunerado por dos años. Lo ve enfocado en aquellos jóvenes que no estudian ni trabajan para que sea una oportunidad para aprender un oficio.

Para él, la economía de Argentina es el mayor ejemplo de lo que Milei ha hecho en ese país, por eso propone una estrategia al estilo argentino porque “Honduras necesita una motosierra”.

“Hay que cortar la grasa del Estado, reducir el clientelismo, los paracaidistas y los burócratas que no hacen nada. Milei bajó la inflación y redujo el déficit. Yo quiero poner más dinero en la gente y menos en los políticos", argumentó.

Cuando se le consultó cómo financia su campaña, aseguró que él mismo. “No he recibido ni un centavo de deuda política ni de empresarios. Todo lo pago con mis recursos. En lugar de reinvertir en mi canal este año, decidí meter ese dinero a la campaña. Si no lo hago yo, ¿quién lo va a hacer?”, contestó.

Prometió que, si llega al poder, no viajará al extranjero más que para reunirse con Donald Trump —“para negociar un acuerdo especial con Estados Unidos”— , pero también con el Papa León XIV.

“No hay tiempo que perder en tomas de posesión ni cumbres. Honduras tiene que dejar de ser un país de discursos y empezar a ser un país de resultados", señaló.

"Chano" Rivera no se ve a sí mismo como un político, sino como un creyente en causas imposibles. Se autodefine como “un soñador con los pies en la tierra”. Su discurso oscila entre la fe y la estrategia, entre el pragmatismo del consultor y la convicción del predicador.

A su criterio, Honduras necesita esperanza, dirección y si para lograrlo es necesario "traer la motosierra o la Biblia, las traemos”.

Sus palabras, en muchos casos, sonaban confusas, pues dice ser una persona cristiana, pero libertaria; mediática, pero reservada; conservadora, pero provocadora. Puede citar a Bukele, a Milei y a Cristo en la misma conversación con la misma pasión.

Las dos Honduras de su infancia

Para los que no saben, “Chano”, nació en Tegucigalpa, dentro de una familia que le permitió conocer el país desde sus extremos: estudió en una escuela privada, pero se crio en los barrios de la capital.

“De 8:00 am a 2:00 pm estaba en la Escuela Americana”, donde compartía con hijos de políticos y empresarios que para él “tenían todo”.

De las 2:00 pm en adelante su vida era otra, pues se iba al Country a jugar con los que “recogían pelotas de tenis, con los que cargaban bolsas de golf. Ahí aprendí a ver las dos Honduras: la que tiene y la que no”.

De esa infancia salió su facilidad para moverse entre mundos. En su lenguaje se cruza el español neutro de la televisión y el voseo popular del barrio.

Habla de “la mara”, de “los manes”, y al mismo tiempo de “macroeconomía” o “modelos de gobernanza”. A sus amigos de toda la vida todavía los llama por sus apodos: “La Pulga”, “Sanidad”, “Choreta”. Con ellos, dijo, aprendió a bromear, a resistir y a entender al país desde abajo.

Chano expresó que esa calavera le hace ver que todos somos iguales ante la muerte y por esa razón nadie debe sobreponerse al prójimo.

Por eso dice que si gana la presidencia seguirá yendo a La Divanna a jugar golf con sus amigos, aquellos cipotes con los que recogía pelotas de golf. "No pienso cambiar mi vida", aseguró.

Cuando la entrevista terminó, "Chano" se levantó, volvió a tomar el teléfono y respondió varios mensajes de WhatsApp.

Su día apenas comenzaba. Tenía una reunión con productores de su canal y luego una visita a un barrio popular donde planeaba grabar un video de campaña.

Este es el “Chano Móvil”, el carro que utiliza el candidato de la Democracia Cristiana para recorrer el país.

“La política es como la televisión”, dijo antes de salir. “Si no conectás con la gente, te cambian de canal”. Afuera, el “Chano Móvil” esperaba. En la parte trasera se leía el eslogan: “Unámonos a los gringos”.

Suena polémico, pero él no sonríe cuando lo menciona. Lo dice convencido, con una fe casi religiosa en que su país puede reinventarse.

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José Valeriano
José Valeriano
Periodista

Licenciado en Periodismo por la UNAH. Con experiencia en temas económicos, de salud, educación y desarrollo social. Con conocimientos en el mundo digital y SEO.