Una verdadera leyenda en vida, Robert Redford es uno de los actores más respetados en Hollywood. Y más allá de haber conservado la fama a lo largo de cuatro décadas, es un verdadero revolucionario en el mundo del cine.
Pudiendo haber hecho fortunas con los grandes estudios, él prefirió seguir la ruta del cine independiente, creando incluso el prestigioso Festival Sundance especializado en ese estilo de cine donde la calidad tiene mucho más valor que los millones de dólares que puedan recaudar.
Siempre alejado de los escándalos, muy lejos del blanco de los paparazzi, Robert Redford, parece haber encontrado el secreto para disfrutar la privacidad con una de las imágenes más públicas de Hollywood.
¿Qué piensa del periodismo actual teniendo en cuenta que dirigió la historia de un periodista en la nueva película The Company You Keep y ya había tenido un éxito parecido con el escándalo de Watergate en The President’s Men?
Bueno, es un arma de doble filo cuando los artistas empezamos a hablar sobre el periodismo, porque no sé si los medios se sienten tan cómodos con las críticas de alguien que no pertenece a ese mundo.
No sé, a lo mejor me equivoco, pero es mi pura intuición. En otras palabras, tengo que tener cuidado con lo que digo. Pero es algo que siempre me interesa, porque me parece que tiene un rol importante en nuestra sociedad.
Me preocupa cuando su credibilidad se encuentra amenazada. Y creo que Internet cambió bastante el panorama del periodismo. Me parece que a veces hay demasiada información y con tanta información muchas veces se torna difícil encontrar la verdad. La extrema derecha y la extrema izquierda se la pasan martillando.
Corren peligro de que la gente se canse y ya ni se preocupe por el periodismo. Por eso, tengo bastante curiosidad por ver hacia dónde se dirige el periodismo en un mundo como hoy.
¿Qué estilo de periodismo positivo le gustaría disfrutar en el futuro?
¿Positivo? (risas) No sé si tan positivo como valioso, porque considero que el periodismo es muy valioso. No quiero ser demasiado egoísta, pero lo tomaría como algo muy personal si fracasara el periodismo, porque es la única avenida que tenemos hacia la verdad.
Por eso, cuando tengo que llevar el periodismo al cine, al menos trato de darle ese sentido... a lo mejor, mostrando también las amenazas que enfrenta.
¿Como consigue actores tan famosos con un presupuesto que ni siquiera pasa los cinco millones de dólares?
El elenco es maravilloso y es una bendición que hayan aceptado, porque en días como hoy, no hay dinero en el cine. Hay que depender de la nobleza de ciertos actores conocidos y quieran ayudar.
Fue una verdadera bendición lograr este elenco. Muchos de ellos no ganaron nada, excepto la gloria de trabajar conmigo (risas).
¿A lo mejor los pueda ayudar a conseguir una nominación al Oscar?
(Se pone serio) Yo jamás trataría de ayudar a nadie para que lo nominen al Oscar. Ese no es mi negocio. Los premios, no son mi negocio. Con Julie Christie, por ejemplo, creí que había desaparecido de la tierra y de repente la vi en una película sobre el Alzheimer, en Away From Her, y se me ocurrió llamarla.
No fue fácil encontrarla, porque vive en una ciudad remota de España y a veces en Londres. Pero después de dos meses de conversaciones trasatlánticas, escuchando las razones por las cuales me estaba rechazando (sonriendo), finalmente la convencí.
¿Y la jovencita Jackie Evancho, que interpreta el papel de su hija?
Esa es una de las maravillosas historias donde valió la pena el riesgo. Yo estaba en Vancouver, preparando la película y todavía no podía encontrar una buena actriz de 11 años para el rol de mi hija. A esa edad, yo quería encontrar alguien que fuera tal cual como es en la realidad, sin tener que actuar.
Y estaba demasiado frustrado con la búsqueda, entrevistando niñas que eran amorosas, pero actuaban demasiado. Ya me estaba deprimiendo cuando apenas faltaba menos de una semana para empezar el rodaje.
Era un sábado y empezábamos el jueves. Todavía no había conseguido a nadie y de repente apareció en mi televisor una jovencita de 11 años, cantando Puccini.
Y yo nunca veo TV. Pero ahí estaba ella, cantando delante de una orquesta, con la mejor compostura. Y enseguida llamé al director de casting para que la encontraran.
La fueron a buscar hasta Pittsburg, donde vive con sus padres, una vida completamente normal cuando no hace esta clase de espectáculos. Fueron a filmarla, sin saber lo que iba a pasar realmente. Y me arriesgué.
El martes la contratamos y el miércoles filmamos con ella, el primer día que la conocí. Tengo mucha suerte, porque resultó absolutamente amorosa. Al final terminamos trabajando como si fuera un juego, incluso improvisando juntos.
Con la riesgosa dirección de Robert Redford, la película The Company You Keep sigue la historia de un grupo de activistas políticos que en los años 60 estaba en contra de la guerra de Vietnam y después de ser buscados por el robo de un banco y el asesinato de uno de los guardias, 30 años después, el FBI logra atrapar a uno de los integrantes, interpretado por Susan Sarandon.
Es así donde la película toma su curso, con Shia LaBeouf como el periodista que persigue al otro líder personificado por Robert Redford, que está detrás de otra persecución propia, para limpiar su nombre.
¿Cómo fue que decidió volver al cine con la historia de una investigación periodística en The Company You Keep?
En mi juventud, a mí siempre me gustaron las historias de “El fantasma de la ópera” y Les Miserables. Y esta vez me pareció que había bastantes similitudes entre el personaje del periodista que ahora interpreta Shia LaBeouf con el Inspector Javere de Les Miserables que persigue a mi personaje parecido al de Jean Valjean, por el hecho de haber cambiado mi identidad para evitar la cárcel.
Esa es la compleja historia que tanto me atrajo para hacer esta película.
¿Hay alguna anécdota particular detrás de las verdaderas fotos suyas de otra época que aparecen en la película?
La anécdota no es demasiado interesante, simplemente me deprimí buscando algunas fotos viejas mías (risas), dándome cuenta que la vida pasa para todos. Tuve que hacerlo, para mostrar el paso del tiempo en la película.
¿Podríamos decir que The Company You Keep tiene el factor familiar de Ordinary People, el suspenso de Three Days of a Condor y el drama periodístico de All The Presidents Men?
Sí, esas tres películas en cierta forma me ayudaron a conseguir que esta producción funcione. Yo había hecho aquellas películas por razones específicas, me identificaba con esas áreas de nuestra cultura.
La relación entre Shia LaBeouf como el periodista, y Stanley Tucci como el editor, ahora, es la fuerza que maneja la historia, por la presión de investigar y de seguir investigando.
Después está el suspenso de mi personaje que huye para salvar su vida y su hija. Y es ahí donde es tan importante el factor familiar, porque la historia pasa por la lucha de un hombre que quiere limpiar su nombre para vivir en paz con su hija.
¿Qué mensaje le gustaría dejar en la joven generación sobre aquellos que lucharon contra la Guerra de Vietnam como los revolucionarios de aquella época que usted interpreta con Susan Sarandon y Julie Christie?
Hay películas que se pueden disfrutar con solo verlas, pero cuando terminan, ya no hay nada más que hablar. Y otras películas son diseñadas para plantearte ciertas preguntas después, haciéndote pensar sobre lo que viste, debatiendo a lo mejor sobre el tema. Eso es lo que me gusta que pase.
Pero también me interesa como una crítica para mi país donde no estamos acostumbrados a ver la historia como una lección que aprendimos, para evitar que algo parecido vuelva a pasar.
¿Para dirigir la película no trató de ubicar a los verdaderos activistas que representa la ficción de la película?
No, no me pareció que fuera necesario, porque ya había visto un documental que se llamó The Weather Underground y sabía bastante del tema.
No me parecía necesario conocerlos personalmente. Mi película es pura ficción aunque tenga cierta base de verdad, necesitaba crear nuevo personajes.
¿De verdad no le gustaría hablar con los verdaderos protagonistas que vivieron su historia en la realidad?
No, porque es hora de seguir con otros temas.