La noche del Oscar casi había terminado. Solo faltaban las últimas tres categorías cuando anunciaron las nominadas como Mejor Actriz: Jessica Chastain por la historia sobre la captura de Osama bin Laden en Zero Dark Thirty; Emmanuelle Riva con la película extranjera Amour; la jovencita Quvenzhané Wallis, de apenas 9 años, por Beasts of the Southern Wild; Naomi Watts con la superproducción española del tsunami The Impossible; y Jennifer Lawrence
como la viudita de la comedia romántica Silver Lining Playbook. Con sus jóvenes 22 años, Jennifer ya había sido nominada apenas dos años atrás, con la película Winter Bone. Pero esta vez resultó ser la imbatible ganadora.
¿Te imaginaste alguna vez con un Oscar en la mano? Nunca me gustó pensar en algo así. Pero durante el rodaje de Silver... lo imaginé con los otros actores, Bradley Cooper, Robert DeNiro. Pero pensar en el Oscar y yo, juntos, me causa demasiada ansiedad.
¿La gran diferencia en aquella primera nominación al Oscar por Winter Bone y la noche que ganaste con Silver Lining Playbook?
La gran diferencia es que esta vez no había comido nada, porque estaba demasiado nerviosa y me moría de hambre en el camino al teatro del Oscar. Eso fue lo peor. Pero también estaba menos nerviosa que antes, porque conozco más gente. La otra vez era demasiado nueva en la industria del cine y no conocía nadie. Me asombraba ver a la gente abrazándose como si se conocieran tanto y yo... nada. Y ahora que conozco más gente, se sintió todo mucho menos extraño.
¿Es verdad que el año pasado tus votos del Oscar realmente los había elegido tu madre?
(Risas) A ella le gusta más ese tema que a mí. Yo recién había entrado como miembro a la Academia y algo así era bastante emocionante, para cualquier actor. Y mientras yo estaba en Inglaterra, mi madre me llamó diciendo: “Hice algo muy gracioso: voté para el Oscar”.
¿Disfrutaste la moda de la alfombra roja antes de recibir el Oscar?
Recién ahora empiezo a apreciar la moda. No es algo que podía prestarle atención en mi infancia. Tenía hermanos mayores y literalmente usaba la ropa de ellos, tratando de mezclar un poco con lo mío.
¿Cómo fue la preparación del vestido, para la gran noche?
Todo el proceso fue demasiado estresante. Mi casa quedó destruida por mi familia que había venido a prepararse para acompañarme. Mis amigos también fueron a verme. Fue divertido, pero muy caótico. ¿Cómo fue el proceso? Me levanté, me probé el vestido y por suerte me entró bien. Me tomé una ducha... (risas), seguí con el peinado y maquillaje y después me fui a la ceremonia del Oscar.
¿Qué opinas de la presentación de Seth MacFarlane? Estuvo divertido, me gustó la canción del principio sobre los pechos desnudos de las actrices. Me pareció genial, muy gracioso.
Claro. Le pareció gracioso porque en la canción Seth MacFarlane también destacaba que todavía no había podido ver los pechos desnudos de Jennifer Lawrence en ninguna película. Y con su total naturalidad, en cámara, Jen lo festejó con una sonrisa. Con la misma naturalidad cuando tropezó al subir al escenario (sin necesitar a Hugh Jackman que saltó para ayudarla), agradeciendo el Oscar con la broma: “se pararon a aplaudirme solo porque sienten lástima que me caí. Es una vergüenza, pero gracias”. Sin darse cuenta que había pasado a la historia con semejante premio en la mano, entre risas y la emoción del momento, Jennifer definió al Oscar como “una locura”, una locura que tanto tiene que ver con su personaje en el cine.
¿La caída al subir al escenario fue intencional?
Absolutamente (risas). Era imposible caminar así. Creo que me pisé el vestido y los escalones seguro que estaban encerados. Fue un accidente con final feliz, pero cuando me caí, no te puedo decir lo primero que pensé, porque es una mala palabra.
Algunos críticos dijeron que se habían equivocado cuando te eligieron para el personaje de la novia de Bradley Cooper en Silver Linings Playbook, porque él te lleva 15 años. ¿Qué les dirías a quienes te criticaron?
Bueno, supongo que en el tema de la edad yo era demasiado joven y en ese sentido no era la persona correcta. Pero supongo que logramos dar vuelta el problema, porque obviamente funcionó.
¿Crees que el Oscar pueda ayudar a otras personas bipolares como tu personaje? No creo que vayamos a terminar con el estigma de las enfermedades mentales. Solo espero que ayude. Es realmente increíble que en este mundo hay que tomar medicina para el asma o la diabetes, pero si tenemos que tomar medicamentos para controlar la mente hay cierto estigma detrás.
En la película, Bradley Cooper se enoja muchísimo con solo escuchar una nota de la canción My Cherie Amour de Stevie Wonder, porque es el tema que escuchó cuando su esposa lo engañó con otro. ¿En tu caso hay alguna canción que también te ponga de mal humor?
Sí, Come on Baby, Light My Fire, desde que alguien pasó con un auto con ese tema a todo volumen, justo cuando yo estaba perdiendo un partido de tenis. Cada vez que escucho esa canción, le quiero tirar la raqueta por la cabeza a alguien. Y detrás de cámaras, la verdad, Bradley llora cada vez que escucha Call me Maybe (risas).
¿Terminaron con el rodaje de la segunda película de Hunger Games?
Sí. Estuvimos en Atlanta y también en Hawái, pero no puedo contar nada más.
¿Cómo se siente el éxito entre el furor de Hunger Games y el Oscar?
Me rompe los nervios por completo. Sí, es una mezcla de emociones con miedo, porque nunca sé lo que tengo que decir o hacer. Siempre me pongo nerviosa.
¿Ahora que terminó la temporada de premios, planeas tomarte vacaciones con el Oscar en la mano?
(Risas) Sí, pienso irme a alguna isla desolada y no pienso decirle a nadie donde voy. Ese es mi plan.
¿Si pudieras volver al comienzo de tu carrera para contarle a una versión más joven de Jennifer Lawrence, un resumen del futuro que te espera, qué le dirías exactamente?
Yo jamás contaría la versión de mi futuro. Si supiera que todo esto me iba a pasar, hubiese sido una pesadilla. Con 14 años no sería una buena idea. Probablemente diría “Vas a fracasar, así que al menos... no quedes como una tonta”.
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