Jorge Ulloa, el productor hondureño que aspira al Premio Lo Nuestro

Mientras trabaja con Farruko, el productor recuerda sus inicios y el valor de la disciplina para cumplir sueños. Ahora recibe su primera nominación a Premio Lo Nuestro

  • 19 de febrero de 2025 a las 00:00
Jorge Ulloa, el productor hondureño que aspira al Premio Lo Nuestro

Tegucigalpa, Honduras.- Como una representación hondureña en la esfera musical internacional, el productor Jorge Ulloa figura en las nominaciones a Premio Lo Nuestro 2025, cuya gala se celebrará este próximo 20 de febrero.

El artista capitalino compartió detalles sobre su experiencia durante el último año trabajando con el cantante puertorriqueño Farruko, en un proyecto que ha impulsado su carrera como nunca antes en más de una década.

Jorge Ulloa comparte detalles sobre su nominación a Premios Lo Nuestro 2025

Bajo el sello de Carbon Fiber Music, Ulloa contribuyó significativamente al éxito de “CVRBON VRMOR”, nominado a Álbum del año.

A su vez, piezas dentro del mismo se disputan los galardones a Canción del año y Canción cristiana del año. “Gracias a Dios tuve la oportunidad de trabajar en el nuevo álbum de Farruko, un material bastante enriquecido musicalmente”, declaró en la entrevista que se extiende a continuación.

Además de ser uno de sus productores, Ulloa lanzó en 2024 el tema “Afrobocelli” junto a Farruko; esta vez como cantante.

Además del agradecimiento que expresa, ¿qué representa este reconocimiento para usted y su carrera?

Para mí es una bendición. No me lo esperaba para nada; es decir, me levantaron con la noticia de la nominación ese día. Uno no trabaja pensando en eso, o al menos yo no lo hago.

Yo estoy todos los días dándole, dándole y dándole, y que pase lo que tenga que pasar.

Me agarró por sorpresa, pero claro que estoy muy feliz.

¿Cuántas canciones de este material cuentan con su colaboración?

Son siete. Se me van a escapar los nombres, pero entre las que más me gustan están: “Vive”, “Anda sola”, “Amén” (esta junto a Dalex, que es otro artista urbano bastante reconocido) y por ahí vienen varias. Nosotros teníamos para este álbum 45 canciones listas y solamente salieron 20, así que es “un reguero de canciones”, como decimos acá.

¿Hay más hondureños trabajando con Farruko y junto a usted?

Sí. De hecho, nuestro mánager, que es cofundador de la disquera con Farruko, es Frank Miami. Él es hondureño, originario de La Ceiba. También trabaja con nosotros el hermano de Frank, que se llama Rodrigo Reyes. Incluso fue por él que yo entré a la disquera, porque me recomendó con Frank.

Aparte, el videógrafo de nosotros, Smalldy, es capitalino. Y el estudio mánager en Los Ángeles también es hondureño.

Formamos un equipo culturalmente enriquecido, porque habemos mexicanos, argentinos, dominicanos, panameños y hondureños trabajando juntos.

El productor confirmó que está trabajando en una canción “muy grande” junto a dos artistas de talla mundial.

Usted ha dicho que destaca el valor del trabajo en equipo para alcanzar el éxito. ¿Qué papel ha jugado usted en este caso?

Voy a decir algo y espero que no se malentienda: funcionamos como en una maquila, pero no porque las cosas se saquen masivamente, sino que, por ejemplo, éramos cinco productores, a veces dos, trabajando en una canción, dos trabajando en otra, y así.

Farru llegaba al estudio, escuchaba conmigo una canción, grababa lo que tenía que grabar, se hacían ajustes y se pasaba a la siguiente. A veces repasábamos los temas hasta diez veces para estar seguros.

Y ha sido un esfuerzo en equipo porque lo que se me olvidaba a mí lo recordaba el otro. O, de repente, las ideas frescas. Yo siempre pienso que cinco cabezas piensan mejor que una. Es gente tan importante que sin ellos la nominación no hubiese sido posible.

Mencionó que cuando alguien le dijera que los sueños no se cumplen, les mostraría la foto de su nominación. ¿Han dudado mucho de usted y de lo que hace?

De hecho, mi peor crítico he sido yo mismo. Desde que comencé, lastimosamente por el contexto en el que crecí, el apoyo ha sido muy poco. Mi sueño yo lo miraba imposible.

Pero luego me cambié el chip y en contra de todo pronóstico las cosas se comenzaron a dar.

Aprendí a disciplinar el talento que tengo y a tener mucha paciencia, porque hay gente que se desespera bastante, quiere todo ya, y así es como se desmotivan y dejan todo botado. Yo he sido como de “un paso a la vez”.

Son más de diez años dedicados a la música. ¿Qué recuerda cuando se remonta a sus orígenes?

Yo comencé muy pequeño. En mi colegio se hacían noches de talento, en las que yo me vestía de rapero e imitaba a raperos que me gustaban en ese momento, como Wisin y Yandel.

Tenía como 11 o 12 años. Realmente me gustaba. Y esto fue algo que Dios ya lo tenía predestinado para mí porque en mi familia no hay músicos, hasta donde yo sé.

Luego, un amigo me recomendó un programa de producción musical y ahí fue donde comenzó todo. Cuando yo abrí ese programa y escuché que hacía bulla cuando apretaba dos o tres cosas, me dije: “Esto es lo que quiero hacer para el resto de mi vida”.

Y fui aprendiendo mucho yo solo. Me metía a YouTube, así aprendí a tocar piano. Y creo que la mayor bendición que Dios me dio fue mi oído. Yo puedo escuchar una canción y saber en qué acordes va. Y no me pregunten cómo, pero lo sé.

El catracho de 32 años reside en Tegucigalpa, ciudad de la que es originario, pero constantemente viaja a Miami, Los Ángeles y Puerto Rico, entre otros destinos, para trabajar.

¿Y cuándo llegó el momento clave?

Yo trabajé durante mucho tiempo en una productora audiovisual haciendo comerciales y varias cosas así. Pero cuando cayó la pandemia, esta productora tuvo que cerrar operaciones y yo quedé como: “¿Y ahora qué hago?”, “¿Para qué más soy bueno?” Porque me había retirado de la música por la misma decepción de que no salía adelante por más que lo intentaba.

Y me dije: “Voy a comenzar a escribir música de nuevo”. Empecé a escribir canciones, las cantaba con mi voz y se las mandaba a todos los contactos que había reunido en los años anteriores.

Y por cosa de Dios, una canción llegó a los oídos de un barbero de los Black Eyed Peas. Él vino, me compró como cinco canciones de un solo, y me dijo: “Hermano, hablé con los chicos y te quieren enviar a un campamento en Colombia para que hagas música con unos artistas de allá”. Yo no me lo creía.

Y esto es curioso porque yo había soñado como tres años atrás que estaba en Colombia haciendo música. Entonces, me compraron el ticket, cuando estuve allá hice videollamada con los Black Eyed Peas, me ofrecieron un contrato para ser productor pero a mí no me parecían las cláusulas y decidí no firmar y esperarme un poco más.

Y tres años después, con mucho esfuerzo y sacrificio, logré llegar a Carbon Fiber Music en una etapa en donde compartimos visión, gusto musical y, principalmente, valores.

Usted es padre. ¿Cómo ha sido buscar el equilibrio entre este estilo de vida y su faceta personal?

Lo llevo muy bien. Soy padre soltero y a mi hija la he criado desde pequeña. Yo creo que lo más difícil de mi carrera ha sido estar lejos de ella.

Cuando me voy de viaje es duro porque soy muy apegado con ella, pero siento que son sacrificios necesarios para poder darle el futuro que quiero que tenga y para abrirle también camino, porque anda muy orientada al arte; le gusta pintar, cantar. Son oportunidades y el tren muchas veces solo pasa una vez.

Únete a nuestro canal de WhatsApp

Infórmate sobre las noticias más destacadas de Honduras y el mundo.
Melissa López
Melissa López
Coeditora de la sección Vida

Licenciada en Periodismo por la UNAH. Redactora y editora de contenido utilitario, cultural, social, tecnológico y de entretenimiento para impreso, digital y multimedia. Más de seis años de experiencia en coberturas nacionales e internacionales.

Te gustó este artículo, compártelo
Últimas Noticias