Tegucigalpa. Convencidos de que su amor es para siempre, María José Paz Martínez y Carlos Gabriel Hernández Chavarría decidieron unir sus vidas para siempre en santo matrimonio. La hermosa ceremonia religiosa tuvo como escenario las instalaciones de la iglesia Medalla Milagrosa, que lució regiamente decorada para el inolvidable acontecimiento.
A recinto religioso lleno, la marcha nupcial sonó y de inmediato apareció el cortejo encabezado por el nervioso novio y su madre Patricia de Paz, culminando con la llega de la linda novia, que lucía un ajuar hermoso de estraple y la falda de tiempo que acompañó con un gran velo y unas perfumadas flores blancas que esparcían un delicioso olor por el lugar.
El padre encargado de oficiar la ceremonia fue Reynaldo Bejarano, quien al declararlos marido y mujer presenció al igual que los asistentes el tierno beso que se dieron los enamorados. Culminado el ritual sagrado, los esposos invitaron una un fino banquete.
