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Big Band Juvenil e Híbriduz Jazz, pasión musical y creatividad que no cesa... ni en pandemia

La Big Band Juvenil e Híbriduz Jazz tienen sendos proyectos para junio y julio, dos discos que son un homenaje póstumo a dos grandes representantes de la música en Honduras: Julio Zelaya y José Antonio Velásquez

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28.05.2021

TEGUCIGALPA, HONDURAS. - Mientras Honduras se confinó a causa de la pandemia del covid-19 en marzo de 2020, un grupo de jóvenes liderado por Brian Pagoaga le puso alma y corazón a un proyecto que hoy cosecha frutos.

La proyección artística en espacios públicos se puso en pausa... el mundo se puso en pausa, pero a lo interno, en sus casas y en el estudio, en medio de cuatro paredes, se sembraba música, entre la crisis fluyó la creación. Y hoy estos jóvenes dan cuenta, una vez más, del enorme potencial de la juventud hondureña.

A la distancia, conversamos con Brian Pagoaga sobre este proyecto que emprendió el año pasado con 35 jóvenes que forman parte del Colectivo Big Band Juvenil, una iniciativa bajo la cobertura de Híbriduzz Jazz, que busca crear a la siguiente generación de jazzistas en Honduras.

Pagoaga comentó que su visión es replicar este proyecto en las ciudades más importantes del país.

'Homenaje al maestro Julio Zelaya'

La producción que Brian Pagoaga, director y miembro fundador de Híbriduz Jazz, ha emprendido con estos jóvenes de la Big Band Juvenil, es el disco “Homenaje al maestro Julio Zelaya”, una selección de jazz standard swing y baladas.

El material incluye una pieza especial de Zelaya, titulada “Salmo 23”, con arreglos del músico Mauricio Espinal, que además fue el ingeniero de audio en las mezclas y masterización de este disco que será lanzado en julio.

Tras seis meses de trabajo y 15 ensayos tomando todas las medidas de prevención que exige nuestro actual contexto, se realizó la grabación del material y posterior concierto gracias al apoyo de la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán (UPNFM) y la Escuela Vida Abundante.

Para Pagoaga, el disco “Homenaje al maestro Julio Zelaya”, es una forma de reconocer la contribución que Zelaya dio a la formación de los jóvenes y de manera general a la música en Honduras. “Muchos de nosotros aún estamos haciendo grandes esfuerzos para impulsar y elevar la cultura del jazz en Honduras al nivel de reconocimiento internacional y esto es un legado del maestro Julio Zelaya”, señaló Pagoaga.

El maestro Julio Zelaya falleció en 2020 a la edad de 69 años.

'José'

Ahora bien, por su parte, Híbriduz Jazz grabará en junio su cuarto disco disco que es un homenaje póstumo a José Antonio Velásquez, pianista, compositor y miembro fundador de la banda, que falleció prematuramente en 2020.

Este es un reconocimiento al talento, trayectoria y amistad de Velásquez, miembro fundador de Híbriduz, que abonó con su enorme capacidad musical al trabajo de la banda y a la música nacional. “José” es un albúm compuesto por diversos formatos: big band, sinfónico, ensamble y camerata, con composiciones originales del pianista y compositor, y con arreglos de Híbriduz Jazz, en los que predominan otros ritmos latinoamericanos y la percusión garífuna.

“José Antonio es, en el legado de su música, uno de los músicos más importantes de nuestro tiempo y vivirá por siempre en los sentimientos plasmados en su último disco ‘Tiempos’, y en los discos de Híbriduz. Trabajar en y con las obras que nos dejó es nuestro reto para darle el reconocimiento y homenaje a la importante huella que dejó y que marcó a muchos de nosotros”, detalló Pagoaga.

La grabación del disco “José” comenzará en junio.

Con estos proyectos Híbriduz y la Big Band Juvenil, son ejemplo de creación en medio de dificultad, haciendo uso de las plataformas digitales disponibles cuando la situación demandaba permanecer en casa. Y así, además de producir los discos, Híbriduz también participó de manera virtual en el International Jazz Day y en un concierto de gala navideño.

Pero, a pesar del impulso de mantener a flote la creación, ¿qué proyectos dejó en pausa la banda?

Brian Pagoaga (BP): Dada la situación sanitaria y el cierre de fronteras como medida de prevención al covid-19, hemos postergado nuestra participación en escenarios internacionales, principalmente. Sería el tercer año de participación en el Festival Internacional de Jazz en Taichung, Taiwán.

Además del nuevo disco con la Big Band Juvenil, ¿qué más tienen proyectado a mediano y largo plazo?

BP: Los sueños no tienen límites en la música. Siempre es mi deseo experimentar, identificar y dar a conocer los ritmos importantes que definen nuestra cultura hondureña; los sonidos que componen la diversidad ancestral e identidad.

En este sentido se viene un trabajo extenso y académico de investigación con resultados que rescatará información útil para muchas generaciones.

Al otro extremo de ese proyecto tengo un disco de música de vanguardia por producir, siempre bajo el género de jazz pero mostrando un lado más versátil y moderno de los conceptos, improvisaciones y armonías.

Este proyecto incluye aspectos y tecnología derivados de la producción digital contemporánea.

¿Qué medidas considera que deberían tomarse para reactivar más la actividad artística en Honduras?

BP: La grabación del disco de la Big Band Juvenil nos dió experiencia con resultados positivos y comprobados en el tema de la reactivación de la economía cultural y de las artes.

Abrir espacios disponibles con estructuras al aire libre, ventilación o de amplitud con medidas de bioseguridad y distanciamiento es necesario para que los artistas y músicos volvamos a nuestro espacio, el escenario.

Pero sobre todo, continuar con la higiene personal y en la medida de lo posible vacunarse. Todo esto será un paso en la dirección correcta para que podamos beneficiarnos como colectivo del alivio que proveen las artes.