El 78.1 % de las remesas que reciben los hondureños es para alimentación
Los expertos consideran que, una vez aprobada la ley que impone un impuesto del 3.5 % a las remesas, las familias comenzarán a recibir menos recursos, ya que la tasa para realizar las transferencias será demasiado alta
- 24 de mayo de 2025 a las 00:00
Tegucigalpa, Honduras.- Andrés Castellón, un joven de 25 años, emigró a Estados Unidos en 2022. En Honduras quedaron su esposa, de 20 años, y su hija, quien ahora tiene seis años y está por terminar el kínder.
Cada mes, Andrés envía 400 dólares que deben repartirse entre la alimentación de su familia y el apoyo a sus padres, quienes lo ayudaron a pagar al coyote para llegar a Estados Unidos.
Aunque la situación ha sido difícil —ya que le costó encontrar un trabajo estable—, “siempre manda para la comida”, aseguró su joven esposa desde el sur de Honduras.
La Encuesta Nacional de Migración y Remesas Honduras 2023, elaborada por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), revela que las personas que reciben remesas de forma regular las destinan principalmente a su subsistencia y al acceso a servicios básicos.
Según los datos, el 78.1 % utiliza estos recursos para gastos de alimentación; el 31.4 %, para atención en salud; el 30.1 %, para el pago de servicios básicos como agua y energía eléctrica; y el 17.6 %, para gastos educativos.
El polémico proyecto de ley impulsado por el expresidente Donald Trump, que propone un impuesto del 3.5 % a las remesas enviadas desde Estados Unidos, está ahora en manos del Senado.
Según proyecciones del Programa Monetario 2025-2026, elaborado por el Banco Central de Honduras (BCH), se estima que las remesas familiares alcanzarán los 10,259.7 millones de dólares este año.
Del total proyectado, el 98.3 % —es decir, 10,008 millones de dólares— provendría de Estados Unidos. Por esta razón, si el Senado aprueba la medida arancelaria, el impacto económico para Honduras podría alcanzar los 350 millones de dólares.
Isaac Dubón, servidor humanitario a favor de los migrantes en Florida, Estados Unidos, advirtió que, de aprobarse esta ley, el primer impacto lo sufrirá la comunidad migrante, que deberá pagar un 3.5 % adicional por cada envío de dinero a Honduras.
“Esto significa que los migrantes tomarían la decisión de mandar menos por ese cargo, y lógicamente el envío de las remesas disminuiría en Honduras, por el hecho que el cargo lo compartiría el que envía como el que recibe la remesa”, declaró a EL HERALDO.
Impacto
Según el INE, de los 2,565,548 hogares que hay en el país, el 39.8 %, equivalente a 1,020,523 hogares, recibe algún tipo de remesa familiar, ya sea de forma regular (mensual), extraordinaria (en ocasiones especiales) o en especie.
Dubón explicó que existen diversas aplicaciones para enviar dinero y que, actualmente, por cada 100 dólares enviados se paga una comisión de entre 6 y 7 dólares. En caso de aprobarse la ley, ese costo podría aumentar en aproximadamente 3 dólares, elevando la tarifa a unos 10 dólares por cada 100 enviados.
Sin embargo, el impacto será más evidente cuando las personas envíen montos mayores —entre 500 y 1,000 dólares o más—, ya que la comisión sería considerablemente más alta. Esto podría provocar una reducción en el envío de remesas, debido al costo que implicaría para los remitentes.
El hondureño residente en Estados Unidos advirtió que hay muchas posibilidades de que la ley sea aprobada, ya que, tras superar el Congreso —uno de los escenarios políticos más difíciles—, ahora pasará al Senado, donde el expresidente Donald Trump cuenta con mayoría.
Para Amparo Canales, expresidenta del Colegio de Economistas de Honduras (CEH), si la medida es aprobada por el Senado de Estados Unidos, el impacto será negativo no solo a nivel social —afectando los ingresos de las familias que reciben remesas—, sino también en términos macroeconómicos.
Esto se debe a que, si la medida entra en vigencia en 2026, tal como está planteado, el Programa Monetario estima que las remesas alcanzarían los 10,670 millones de dólares. Aplicar un cargo del 3.5 % sobre ese monto implicaría dejar de recibir alrededor de 373 millones de lempiras.
Esto significa que los hondureños podrían recibir menos dinero o asumir el costo adicional. Dado que sus ingresos son limitados, es posible que opten por buscar medios alternativos o retrasar el envío de remesas.
Dado que alrededor del 80 % de los hondureños utiliza ese dinero para consumo, la medida tendría un fuerte impacto en la demanda interna, al reducir el gasto en alimentos, educación, salud y recreación.
Las divisas que recibe Honduras también se verán afectadas, lo que reducirá la disponibilidad de dólares. Esta situación ejercerá presión sobre el tipo de cambio, agravando la problemática económica del país y acelerando la depreciación del lempira.
La economista alertó que el impacto será negativo y que las autoridades deben buscar alternativas de solución, ya que esto aumentará la desigualdad social, la pobreza y provocará una reducción en el crecimiento económico.
A nivel nacional, para 2022, según el INE, uno de cada cuatro hogares recibía remesas familiares de forma periódica, con un promedio anual de 56,886.8 lempiras, equivalentes a 2,303.4 dólares.