En lo que va del año, solo el Cuerpo de Bomberos ha apagado más de 20 incendios forestales
Honduras en llamas: 3 de cada 10 incendios forestales no son combatidos
Cada siniestro no atendido destruyó en promedio 134 hectáreas, frente a las 50 hectáreas afectadas en zonas controladas; Gracias a Dios es el departamento con más hectáreas dañadas por incendios
El fuego en los incendios forestales que no son combatidos acaba con todo lo que está a su paso hasta que llega a una barrera natural y se apaga.
sáb 25 de marzo de 2023 a las 22:22
3:35 min. de lectura
TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Combatir un incendio no es una actividad fácil; el viento, ramas y hojas secas son factores que juegan en contra del que se atreve a extinguirlo, incluso hasta puede perder la vida sin misericordia.
Apagar fuego lleva una planificación y análisis de la zona, como lo explicó Manuel García, fiscal del Comité Ecológico de la Aldea de Suyapa (COEAS), una organización que desde 1986 protege y vigila la montaña de Triquilapa, en la capital hondureña.
Esta montaña registra cada año decenas de siniestros. Solo en 2022 fueron 14, pero en 2021 la cifra fue superior.
Para fortuna de la montaña, la comunidad está organizada, por eso cada vez que hay un siniestro se corre la voz, llaman a los bomberos y demás instituciones para que ayuden a sofocarlo.
“Llegamos a la zona y se analiza por dónde se puede atacar el incendio. Por lo general si no se controla en una sola jornada, se regresa al siguiente día hasta estar seguros que no continuará el incendio”, relató García a la Unidad de Datos de HERALDO Plus.
Lastimosamente en todo el país no ocurre lo mismo, por eso hay incendios que por múltiples causas no pueden sofocarse, al punto que tres de cada 10 siniestros registrados en Honduras no son combatidos.
Un análisis realizado por la Unidad de Datos de EL HERALDO Plus a cifras del Instituto de Conservación Forestal (ICF) muestra que desde 2017 hasta febrero de 2023 se reportaron 6,996 incendios forestales a nivel nacional, sin embargo, el 31.53% de estos no fueron atendidos por los apagafuegos.
“A veces no se ajusta el personal, porque nadie lo reporta o porque se puede ver el humo muchas veces y usted no sabe dónde es la entrada, por dónde puede llegar a un sitio, porque son zonas bastante escabrosas”, mencionó Sandra Canales, jefa del Departamento de Protección Forestal del ICF.
Detalló que se trata de un incendio no combatido cuando no llega ninguna cuadrilla a apagarlo y “se quemó lo que se tenía que quemar hasta que se apagó solo, que llegó a alguna barrera natural”.
Según los reportes, los incendios que no fueron combatidos dejaron más hectáreas de bosque dañadas que los que sí tuvieron una respuesta.
Desde 2017 hasta febrero de 2022, el país reportó 4,790 siniestros que acabaron con 240,092 hectáreas de bosque, el equivalente a 351,783 veces el tamaño del Estadio Nacional Chelato Uclés, que mide 105x65 metros.
En cambio, los 2,206 incendios registrados en la misma fecha y que no fueron atendidos dejaron 296,493 hectáreas, es decir, 434,422 veces el tamaño del mismo coloso capitalino.
En otras palabras, una quema no combatida dejó un promedio de 134.4 hectáreas de bosque reducidas a cenizas, en contraste de las 50 hectáreas afectadas en promedio en cada siniestro controlado, indican los cálculos de este equipo.
Incendios vs hectáreas
Honduras tiene un serio problema de incendios forestales en dos departamentos: Francisco Morazán, uno de los más poblados, y Olancho, el más grande en extensión territorial.
En el primer punto geográfico, se registraron en los últimos seis años y dos meses un total de 1,755 incendios forestales que acabaron con 80,995 hectáreas de bosque, el equivalente a 118,674 estadios de igual tamaño al Chelato Uclés. En cambio, en Olancho los 1,176 siniestros acabaron con 82,040 hectáreas.
Pese a que ambos puntos geográficos reportan mayor número de incendios forestales, los daños en los bosques fueron de menor magnitud que lo que provocaron 457 siniestros registrados en Gracias a Dios.
En este departamento, que alberga gran parte de La Mosquitia, se reportó cuatro veces menos incendios que Francisco Morazán, pero perdió dos veces más bosques.
Las cifras señalan que desde 2017 hasta febrero de 2023 los siniestros acabaron con 183,331 hectáreas (268,617 estadios del tamaño del Chelato Uclés) en esa región.
El problema: 6 de cada 10 incendios no fueron combatidos, lo que provocó que el 77% del total de áreas resultaran afectadas porque los apagafuegos no acudieron al lugar.
Según la jefa de Protección Forestal del ICF, en los departamentos de Francisco Morazán, Olancho, Yoro y El Paraíso también ocurre lo mismo, ya que figuran en la lista de los puntos en los que menos se combate incendios por múltiples razones, pero la falta de personal o acceso al lugar son las principales.
" “El ICF inició prácticamente desde el año pasado, en noviembre, con actividades de prevención en campo, contratación de cuadrillas para hacer todas las actividades de rondas, las quemas controladas, capacitando a nivel de comunidades” "
Solo en Olancho, los incendios no combatidos ocasionaron el doble de daños en los bosques que los que sí fueron apagados, mientras que en La Paz dejaron cuatro veces más bosques quemados.
Este patrón se repite en 6 de los 18 departamentos, pero Gracias a Dios es el más afectado.
Al ser consultada sobre este caso, Canales respondió al equipo de EL HERALDO Plus que se debe al tipo de vegetación, porque hay un tipo de pasto con una sustancia aceitosa que sirve de combustible a las planicies que permiten que los incendios avancen más rápido.
Advirtió que marzo, abril y mayo son los meses que registran más incendios, pero “abril es el pico más alto”.
Enemigo traicionero
Dos incendios forestales han amenazado la flora y fauna que hay en la montaña Triquilapa en lo que va de 2023. Uno de ellos, según contó Manuel García, fue de menor proporción, pero el segundo provocó que decenas de voluntarios y personal del Cuerpo de Bomberos acudieran a sofocarlo.
Este último sucedió el pasado 7 de marzo de 2023; estuvieron tres días para extinguirlo. Participaron entre 50 y 60 personas, sumando a gente de la comunidad, Cuerpo de Bomberos y militares.
Los siniestros en este punto geográfico están a la orden del día, pero la población está atenta porque a los alrededores hay asentamientos humanos, es decir, si un incendio llega a extenderse puede ser mortal.
Los incendios no solo son peligrosos para quienes viven cerca de donde está ocurriendo, sino también para quienes los combaten.
“Muchas veces los muchachos por escapar de las llamas dejan sus azadones, rastrillos, machetes y bombas de mochilas botadas. No solo es el riesgo de quemaduras también puede ser asfixia por la cantidad de humo”, comentó García.
”Es un riesgo aún para las personas que ya tienen capacitación en el combate de incendios, cada persona está expuesta al peligro”, concientizó.
En 2018, cuatro miembros del Cuerpo de Bomberos fallecieron por intentar sofocar un incendio en La Montañita, en la salida al oriente de Honduras. Solo hubo un sobreviviente: Ever Velásquez, quien más allá de la labor que realizan los bombero hace conciencia de que muchos siniestros se pueden evitar.
Según los reportes del ICF, el 70% de los incendios fueron provocados por personas mal intencionadas que iniciaron el fuego de forma premeditada por lucro o maldad (incendiarios), mientras que el 8.7% ocurrieron a manos de hondureños con tendencia enfermiza de provocar fuego (pirómano).
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