Con un empate 0-0 se definió ayer el clásico entre el Vida y Victoria. El duelo se jugó en el remozado estadio ceibeño que fue escenario de un reñido encuentro.
Las acciones empezaron en medio del morbo causado por la disputa que ambos equipos tienen por puntos en la mesa.
La necesidad del Victoria era ganar para amanecer en el primer lugar y demostrar que puede ganarle al Rojo en la cancha.
Vida, por su parte, quería mantener su paternidad y dejar claro que manda en La Ceiba y por ello ambos equipos salieron con la sangre en los ojos en busca de obtener un triunfo en donde se jugaban más que tres simples puntos.
Más ofensivo se mostró el Victoria, que le puso mayor presión a la meta del Vida desde la primera mitad, aunque el Vida también creó peligro.
Con la segunda mitad el juego fue más equilibrado, los Rojos metieron más presencia ofensiva.
Sin embargo, los cartones no se abrían y los roces y el juego fuerte se hacían más notorios, ya que ambos equipos se enfrascaron en una dura lucha por imponerse en la cancha y al anularse mutuamente usaron la fuerza.
Al final el 0-0 fue justo para dos equipos que buscaron ganar, pero no fueron efectivos.