Siempre que el mexicano Marco Antonio Rodríguez le arbitra a Honduras, la Bicolor gana los encuentros. Es una lástima que no esté el 6 de septiembre en el Azteca.
Anteriormente y con el famoso Chiquimarco en la cancha, Honduras le ganó a Costa Rica en Alajuela y San Pedro Sula en eliminatorias mundialistas.
Además, venció a Haití, Granada y Colombia en Copa Oro y a Martinica en previo de la Copa Oro celebrado en 2003.
La actuación de anoche fue bastante aceptable y el secretario de la Fenafuth, Alfredo Hawit Banegas recalcó “ojalá nos hubiera tocado Rodríguez en San José, no es un árbitro casero”.
Su labor comenzó con mucha personalidad. Si basta experiencia en todo tipo de competencias se notó fácilmente.
La primera duda fue un posible penal sobre Arnold Peralta, pero después de analizar la jugada se notó que el defensa jamaiquino le quitó con limpieza el balón al catracho.
El juego brusco de los caribeños hizo que sacara un par de tarjetas amarillas, mismas que fueron mostradas a Ryan Johnson y el portero Donovan Ricketts por reclamar.
Además, expulsó a Adrian Mariappa, por una violenta infracción contra Marvin Chávez.
Mientras al equipo local amonestó de correcta forma a Luis Garrido por una falta violenta sobre un adversario y la única queja sería la amonestación injusta de Víctor Bernárdez por una infracción a Rudolph Austin.
Muchos expertos comparten la idea que la falta de Muma no ameritaba la amarilla.
En términos generales, la actuación de Rodríguez fue buena. El martes el turno es del surinamés Enrico Wijngaarde.
