Estados Unidos, California
Hay cosas inesperadas en la vida que simplemente terminan por sacarte un sonrisa.
En un día como cualquiera, un supuesto agente de seguridad de estacionamientos estaba repartiendo multas por doquier a ciudadanos que ni siquiera se lo merecían.
A algunos les decía que ya venció su tiempo y que por eso tenía que multarlos; a otros, que simplemente estaban mal estacionados o que se encontraban en el lugar incorrecto.
Asombrados y sumamente enojadas, las víctimas solo les quedaba resignarse.
Minutos después abren el papel de la supuesta multa y se dan con una grata sorpresa que termina por alegrarles el día.