Ronaldinho tiene mucha magia en el terreno de juego, pero demasiada fuera de él.
El exjugador del Barcelona se ha robado de nuevo la atención por la extraordinaria fiesta con la que celebró sus 32 años. Fueron cinco días de jolgorio en un hotel de lujo de Río de Janeiro, resume el diario Marca de España.
Lo insólito es que la escandalosa fiesta se realizó en la misma semana en la que su equipo el Flamengo, había pedido por escrito a sus jugadores una actitud más profesional fuera del campo, respetando las horas de descanso.
Ronaldinho no sólo no se sintió aludido, sino que criticó al club y se justificó recordando sus días en el Barcelona: 'Si fuera necesario un código como éste, el Barça no sería campeón de nada. En Barcelona no tienen esto y lo ganan todo, porque todos son muy conscientes de lo que tienen que hacer'.
Pide que no lo controlen
'En Brasil se quiere controlar todo y, el Barcelona ni se llega a concentrar el día antes de los partidos”. Con estas declaraciones, Ronaldinho deja claro que no tiene intención de modificar sus hábitos.
En su última temporada en el Barcelona apenas se le vio en los entrenamientos y luego continúo con el Milán en Italia. Ahora realiza sus 'hazañas' en Brasil.
Su última fiesta le costó a Ronaldinho 12,000 euros (unos 305,000 lempiras).
Dice que han distorsionado su imagen...
'La gente me ve con un pandero en la mano y se cree que estoy las 24 horas del día en la samba, pero yo no salgo nunca uno o dos días antes de los partidos', comentó Ronaldinho al decir que su imagen ha sido distorcionada.
El Flamengo disputa esta misma noche un partido por la Copa Libertadores ante Olimpia en Paraguay y Ronaldinho será titular luego de cinco días de parranda.