En Valle de Ángeles
Arropada por impresionantes playas de arena blanca y aguas azul turquesa, dos parques nacionales y un jardín botánico, Tela es otra joya del Caribe catracho.
Es un sitio de aventuras sin igual, con una variada oferta turística y gastronómica que atrae a visitantes nacionales cada fin de semana.
Una atractiva carta de hoteles y restaurantes para todos los gustos y bolsillos lo hace todo más fácil para el turista, que se deja atrapar por la cultura garífuna, Patrimonio Intangible de la Humanidad y que se palpa en comunidades como Tornabé, San Juan, Miami y Triunfo de la Cruz.
Ubicada a 299 km de Tegucigalpa y a solo 99 de San Pedro Sula, es la segunda ciudad más importante del departamento de Atlántida.
Una ciudad cuya belleza natural ubicó a Honduras en el top de las mejores playas del mundo.
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Su historia, que navega entre la palma africana y el oro verde, parece dormitar en el viejo edificio de lo que fue la Tela Railroad Company, junto a la belleza de sus playas y áreas protegidas como el Jardín Botánico Lancetilla y el Parque Nacional Jeannette Kawas.
Ahí todo es alegría, no hay descanso. Desde comer un exquisito platillo tradicional en un restaurante frente al mar, nadar en Playa Caribe o ver monos aulladores en Punta Sal, bucear en la bahía o hacer kayak en Punta Izopo, Tela es el paraíso.
Es sin duda uno de los balnearios costeros más importantes del Caribe hondureño. Prueba de ello es que en sus cercanías se está construyendo una serie de seis complejos hoteleros cinco estrellas conocido como Proyecto de Desarrollo Turístico Bahía de Tela. El primero de ellos es el Indura Beach Resort, un complejo turístico que, según el New York Post, es uno de los diez mejores del mundo.