No en vano en 1976, decidieron bautizar un centro educativo público en la capital con el nombre de Itzamná, el dios de la sabiduría maya.
Bajo la inspiración de este ancestro de la civilización indígena más sobresaliente del país, a quien se le atribuye ser el inventor de las ciencias y los conocimientos, se forman cientos de niños capitalinos.
La escuela Itzamná, ubicada en el colonia Satélite, donde actualmente se educan 859 alumnos, dirigidos por 35 docentes, tiene bien trazada la meta de su visión y misión.
La primera se orienta al propósito de formar niños y niñas en una educación de valores, con la estricta conciencia del deber, siendo capaces de crear, transformar y desarrollar habilidades a beneficio del personal y los alumnos.
En cuanto a la misión, esta se enfoca en constituirse en un centro educativo líder en excelencia, con formación integral, que cuente con instalaciones físicas acorde a los requerimientos pedagógicos y disponer de maestros responsables y con conciencia crítica.
Éxito y metodología
El éxito de este centro educativo, que a lo largo de su trayectoria ha aprendido a dar cátedra de excelencia y calidad a otras entidades educativas, descansa en la integración del maestro, alumno y padre de familia.
“Los padres son 99.9 por ciento responsables, porque están conscientes de la ayuda que necesitan sus hijos”, expresó con orgullo Julia Suazo Castellanos, directora de la escuela.
Esta labor integral y productiva da como resultado que Emily Abigaíl Robles, alumna del primer grado, ya sepa leer y escribir correctamente.
Asimismo que Gerardo Castañeda, alumno de cuarto grado, sea un campeón en matemáticas y que Allisson Murillo haya despertado habilidades artísticas en el baile moderno y la música folclórica.
Todos los pequeños reciben clases de inglés, computación, de Biblia e incursiones artísticas.
La metodología educativa que la escuela Itzamná emplea para conducir a sus alumnos por el sendero de la sabiduría es a través del comunicado.
Este consiste en que el alumno no es un ente pasivo, sino que se vuelve un niño activo, con mentalidad abierta a los conocimientos.
A la par está el método constructivista, cuyo enfoque es aprender haciendo.
“Aquí el alumno dejó de ser aquel niño que se va a sentar a esperar que el docente dé su clase magistral. Con este método los alumnos son capaces de construir sus propios conocimientos”, manifestó Suazo Castellanos.
Además de la calidad y la excelencia, esta escuela se caracteriza por la inclusión de niños con capacidades especiales, quienes son atendidos bajo las directrices de integrarlos al proceso productivo.
Otra de sus fortalezas es el programa de tutorías que los alumnos que se han colocado en el nivel de excelencia académica ofrecen a los estudiantes con bajo rendimiento.
Los padres de familia también se involucran en actividades de capacitación y cursos para sus hijos, como el impartido recientemente sobre la importancia de la educación sexual en la familia, como medida preventiva del abuso sexual.
Las clases también son apoyadas por futuros maestros que egresarán de la Escuela Normal Mixta Pedro Nufio.
Condiciones físicas
La escuela Itzamná, que está bajo la supervisión del Distrito Escolar número cuatro, ofrece a sus 859 estudiantes un ambiente agradable, cada uno de los 20 salones de clase está decorado con material didáctico vistoso y llamativo.
A la entrada de cada aula de grado destaca la imagen del dios de la sabiduría maya. Cada año se elabora un Plan de Mejoras Educativas.