El pasado 31 de enero, Sultán, la estrella del circo de Renato, dejó de brillar.
El tigre de bengala que durante siete meses engalanó la familia del zoológico Rosy Walter fue sacrificado (muerte sin sufrimiento físico).
Ante el sufrimiento que le estaba causando la lesión en la columna que padecía, el equipo de médicos veterinarios que lo cuidó durante su estadía en el recinto decidió 'ponerlo a dormir'.
Diana Echeverría, veterinaria titular del zoológico, explicó a El Heraldo lo duro que fue el proceso de recuperación.
Sultán fue tratado desde su donación, para recuperarlo fue sometido a acupuntura, terapias y hasta a tratamientos convencionales.
El animal, único en su especie en el país, se recuperó y permaneció siete meses en el zoológico como parte de las atracciones del parque, pero inesperadamente empeoró.
Sultán perdió la movilidad de sus patas traseras. Al realizar un esfuerzo por levantarse se fracturó la pata derecha. El dolor lo llevó a morder violentamente su garra izquierda y a dañarse las muelas.
'El sufrimiento que estaba padeciendo nos obligó a proceder a la eutanasia porque no podíamos darle calidad de vida, los animales nos enseñan a amar y no podemos pagarles con dolor', afirmó triste Echeverría.
En honor a su belleza
Ante la conmoción que la muerte del tigre ha causado en la sociedad capitalina, las autoridades del zoológico decidieron donar su cuerpo al Museo de Historia Natural de Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH).
El objetivo de la entrega es preservar al imponente animal a través de la taxidermia, es decir, restaurarlo y darle una apariencia de vivo.
Este procedimiento ya se ha comenzado a realizar y está en las manos del biólogo Olvin Francisco Andino, un experto en este arte, quien donará su trabajo.
Andino explicó que el proceso consiste en el retiro y tratamiento de la piel del animal con químicos para luego instalarla en un molde hecho a la medida.
El tratamiento de la piel tarda un mes y, de conseguir el molde, en menos de 60 días los capitalinos podrían volver a ver a Sultán.
La especie de maniquí que se ocupa debe ser traído del extranjero y tiene un costo de 2,000 dólares, equivalentes a 38,000 lempiras.
Las autoridades del museo gestionan los recursos con diferentes entidades a fin de poder recuperar al tigre de bengala que sería exhibido en la UNAH.