Los actos de corrupción que han quedado al descubierto a lo interno del Almacén Central de
Medicamentos
de la Secretaría de Seguridad también se han visto manchados con la sangre de sus empleados.
En reiteradas ocasiones, la ministra de Salud,
Roxana Araujo
ha declarado que los empleados de esa institución tenían temor de denunciar los actos de corrupción debido al asesinato de dos empleados.
“Se manejan tantas cosas entre pasillos, por ejemplo hace dos años, la muerte violenta de una persona que era empleada del Almacén Central y que en ese momento se decía que estaba dispuesta a decir cosas que pasaban ahí dentro”, dijo la funcionaria.
En este caso, la doctora Araujo se refiere al crimen contra Amanda
Landa Flores (41) doctora en Química y Farmacia, en un hecho ocurrido el 8 de junio de 2011.
La infortunada empleada del Almacén Central se conducía en el taxi con registro 2966 y cuando circulaba por los bajos del puente Carías fue herida por dos sicarios motorizados. En el ataque, otro pasajero de la unidad de transporte resultó herido de gravedad.
El pasajero le pidió al taxista que lo llevara a emergencia del Seguro del barrio La Granja en
Comayagüela, pero cuando llegaron tanto él como la doctora habían muerto.
“Después, (el crimen) del administrador del Comité
Interinstitucional
de
Medicamentos, que también fue de forma violenta y cosas así, entonces las personas tenían mucho temor de poder hacer la intervención”, enfatizó Araujo.
Juan Ramón
Rodríguez López
(54), fue asesinado el 6 de septiembre de 2012, al interior del autobús con registro 575 que cubre la ruta El
Carrizal-Prado. Al momento del crimen, la unidad de transporte transitaba por el barrio
Lempira.
El funcionario se transportaba en compañía de un menor que iba en sus piernas, y al que los sicarios le perdonaron la vida.
Testigos revelaron que un sujeto desconocido se le acercó a Juan
Rodríguez
y sin mediar palabra le disparó por la espalda, en un claro acto de
sicariato.
Debido a estos crímenes, el personal del Almacén Central habría preferido guardar silencio de los actos irregulares que
supuestamente
se registraban en su interior.
En sus declaraciones, la ministra
Araujo
afirmó que “el Almacén Central era como un ministerio pequeño dentro de la institución
prácticamente
impenetrable para alguien”.
En ninguno de los dos casos las autoridades policiales han capturado a los autores materiales e intelectuales, por lo que ambos asesinatos se encuentran en la impunidad.