Es un reencuentro que tardó 30 años.
El Instituto de Arte de Chicago celebra al artista español Pablo Picasso con una gran exposición dedicada a su arte y su relación con la ciudad.
“Picasso y Chicago” es el nombre de la muestra que reúne 250 piezas, casi la mitad de la propia colección de Picasso del museo junto con obras de colecciones privadas y del Museo de Arte de Filadelfia.
Considerado uno de los mayores artistas del siglo XX, incansable y prolífico, pintó más de dos mil obras, presentes en museos y colecciones de toda Europa y del mundo.
Además, abordó otros géneros como el dibujo, el grabado, la ilustración de libros, la escultura, la cerámica y el diseño de escenografía y vestuario para montajes teatrales.
“Espero que la gente pueda apreciar el arte y disfrutarlo, pero al mismo tiempo vuelva a enamorarse de estas obras por la historia que representan”, dijo la curadora de la muestra, Stephanie D’Alessandro.
ESTRECHA RELACIóN. Pero el artista y la ciudad tienen una relación mucho más profunda que un mero atractivo turístico, dijo Douglas Druick, presidente y director del museo.
“Existe un vínculo entre Chicago y Picasso en términos de temperamento”, dijo Druickd. “Una inquietud, un deseo por mejorar, un deseo por mejorar, por nunca quedarse quieto”.
D’Alessandro considera que el arte de Picasso tiene una visión revolucionaria y atrevida similar al carácter y energía de Chicago.
“Esa visión audaz, ese interés por lo nuevo y lo moderno y lo tecnológicamente atractivo es algo que tenía Picasso”, dijo la curadora. “Creo que su personalidad era perfectamente similar a eso y creo que ese tipo de espíritu realmente atrajo a los residentes de Chicago”.
LA PRIMERA MUESTRA. En 1913 el Instituto de Arte de Chicago fue el primero en traer a Picasso a la nación cuando decidió darle un espacio en el “Armory Show”, que según el museo le presentó el modernismo europeo al público estadounidense. La decisión fue audaz y temeraria para la época porque a pesar de que la muestra también viajó a Nueva York y Boston solo se presentó en un museo, en Chicago.
“Fuimos el único museo dispuesto a arriesgarse a mostrar las pinturas y escultura que generaron tantas críticas e ira cuando se presentaron en Nueva York”, dijo Druick.
“Picasso y Chicago” incluye dibujos, pinturas, trabajos en papel, cerámicas y esculturas, incluyendo “El viejo guitarrista ciego” (1903), “Madre e hijo” (1921) y un autorretrato de 1906. Se presenta de manera cronológica, desde los primeros años del artista en Barcelona hasta sus últimos años en el sur de Francia.
La exposición está abierta hasta el 12 de mayo. Está acompañara de exhibiciones relacionadas que se presentan en otras galerías del instituto, como “Picasso y Cezanne”, “Picasso, París y el arte africano” y “Picasso y el arte estadounidense”.