Alzar la mirada y descubrir las creaciones maravillosas que la naturaleza con sus corrientes de aire, esculpe en las nubes, es una experiencia celestial.
Es admirar las figuras que van desde abstractas hasta las que fácilmente se pueden identificar y que transportadas por el viento se convierten para el ojo humano en formas divertidas, cotidianas, mágicas y hasta mitológicas.
Pero, ¿de dónde vienen estas formaciones que al volver los ojos al cielo parecen un copo de nieve o retazos de algodón flotando en la inmensidad y recordándonos que existe Dios?
El meteorólogo hondureño Fredy Sosa Aguilar explicó que “las nubes se forman por el enfriamiento del aire, lo que produce la condensación del vapor de agua invisible, dando paso a las gotitas o partículas de hielo visibles, estas partículas son tan pequeñas que se sostienen en las corrientes de aire verticales leves”.
El experto detalló que las clases de formaciones nubosas se deben a las diferentes temperaturas de condensación.
“Cuando se producen temperaturas inferiores a la de congelación, las nubes suelen estar formadas por cristales de hielo y cuando el aire es más cálido suelen contener gotitas de agua”, detalló Sosa Aguilar.
Las nubes se pueden ver a simple vista y se clasifican según un sistema internacional creado a comienzos del siglo XIX por Luke Howard, un químico inglés que las dividió en cuatro grandes categorías: cirros, que son penachos elevados y en forma de escobilla compuestos por cristales de hielo.
Estratos, que son extensas capas nubosas que traen, con frecuencia, lluvia continua; nimbos, las cuales son nubes capaces de formar precipitaciones.
Y cúmulos, nubes hinchadas de base plana que cruzan en cielo de verano.
TIPOS DE NUBES.
Según el meteorólogo, las nubes se clasifican según su forma y altura. De acuerdo a su forma encontramos: cirriforme, estratiforme, cumuliforme y desarrollo vertical.
Por su altura las hay tan altas que alcanzan los 18,000 pies formadas de hielo, algunas con temperaturas inferiores a -35 grados centígrados y de contornos indefinidos; las medias formadas por agua y hielo, con temperaturas que oscilan entre -35 y -10 grados centígrados, y de aspecto mixto que se encuentran a partir de los 6,500 pies hasta los 18,000 pies.
También están las bajas y de desarrollo vertical, que se forman con temperaturas superiores a los -10 grados centígrados, y que tienen contornos perfectamente definidos.
“Este tipo de nubes las encontramos desde cerca del suelo sin tocar el mismo hasta los 6,500 pies”, explicó el experto.
Las nubes también se dividen en géneros y especies o variedades. Entre los géneros se distinguen diez tipos.
Y en especies o variedades aparecen más de un centenar de nubes diferentes.
Entre estas encontramos las nubes altas como cirros, cirrostratos y cirrocúmulos; en nubes medias tenemos los altocúmulos y altoestratos; en nubes bajas los estratos, estratocúmulos, cúmulos y los nimbostratos que tienen la peculiaridad de encontrarse en bajas y medias; en las de desarrollo vertical están los cúmulos congestus o potentes y cumulonimbus, este último produce las lluvias, chubascos y tormentas eléctricas que incluyen relámpagos, truenos y rayos, siendo una de las nubes de mayor peligro por su naturaleza.
Así son las nubes y sus curiosas formaciones que la mayor parte del tiempo pasan desapercibidas para nosotros, pero que son impredecibles al grado que así como acarrean el agua que da vida al planeta, también su poder destructivo ha puesto a la humanidad en vilo a causa de deslaves e inundaciones.
Están ahí a diario en el cielo hondureño. Cada uno les encuentra una forma diferente. En su inmensidad y belleza
se palpa la mano de Dios.