Una nube gris que cubrió la aldea Las Crucitas, Potrerillos, cerca de las 5:00 de la tarde, anunciaba una copiosa tormenta.
La oscuridad inusual generó temor entre los vecinos, los que de inmediato decidieron refugiarse en el interior de sus casas.
Lo que no esperaban es que la lluvia llegaría acompañada de potentes vientos.
El vendaval que azotó la comunidad arrancó frondosos árboles en diferentes sectores, situación que estuvo a punto de causar una tragedia luego de que los pinos cayeran sobre los techos de algunas viviendas.
En otras casas los fuertes vientos arrancaron los techos de lámina y los lanzaron a varios metros de las viviendas.
La comunidad está ubicada en el kilómetro 73 de la carretera que del municipio de Danlí conduce a la ciudad de Tegucigalpa.
Según Yeni Irías, pobladora, comentó que la tormenta dejó una cantidad de agua que jamás se había recibido en la zona.
“Primero fue la lluvia y luego sentimos cómo soplaba el viento, y en segundos nuestra casa quedó en paredes, pues las láminas junto a la madera salieron volando”, expresó la señora.
De acuerdo con Irías, al observar cómo se levantó el techo de su hogar, fue presa de los nervios, situación que la mantuvo por varios minutos inmóvil hasta que reaccionó y salió en busca de un lugar más seguro.
“Lo único que se me ocurrió fue esconderme y pedirle a Dios que me protegiera, gracias al Señor que estaba sola, porque mis hijos estaban donde mi mamá, de lo contrario no sé qué hubiera pasado”, dijo la afectada.
Según los vecinos, las ráfagas de viento se extendieron por unos cinco minutos, los cuales fueron suficientes para causar daños a la infraestructura y flora de la aldea.
Al retornar la calma en la localidad, los vecinos conformaron varios grupos para apoyar a las familias que resultaron con daños en sus viviendas.
“Solo me dan ganas de llorar al ver mi casa sin techo”, concluyó Irías. Unas siete viviendas resultaron con daños, también se contabilizó la caída de unos 50 árboles de pino en la localidad.
Además, dijo sentirse sorprendida, puesto que este tipo de fenómenos nunca se había presentado con esa intensidad en la zona. De acuerdo con Sebastián Valerio, otro de los pobladores, “genera temor observar cómo ha cambiado el clima en los últimos años y esto nos debe hacer reflexionar”, manifestó Valerio.
Infraestructura comunitaria
Los daños se presentaron además en edificios comunitarios, como la iglesia católica, centro de salud y el centro comunal.
Una parte del techo de la ermita San Judas Tadeo cedió a causa de los fuertes vientos, informó Carmen Sánchez, encargada de la iglesia.
“El altar mayor y el santuario se inundaron de agua, por lo que tuvimos que trasladar al Santísimo Sacramento a mi casa para evitar que se dañara”, relató la señora.
El edificio del centro de salud y el centro comunal al igual quedaron sin una fracción del techo y grietas en paredes.
De manera preliminar las autoridades edilicias reportaron que unas 20 viviendas a nivel del municipio resultaron con daños en techos y paredes.
Incomunicados
Las autoridades de la Corporación Municipal confirmaron que a causa de las precipitaciones han dejado incomunicadas a unas 10 comunidades de la zona.
Sabana Redonda, Limoncillo, Las Delicias, Junquillo, Susular, Ocotal y Lomanillos son algunas de las comunidades que permanecen aisladas por el crecimiento de los ríos.
Al menos 3,000 personas permanecen encerradas en sus aldeas y caseríos a causa de la interrupción del paso en diversos sectores, luego del crecimiento de ríos y quebradas. En la aldea de Sabana Redonda cedió el vado que permanecía en construcción debido a las fuertes corrientes de la quebrada Agua Sucia.
Para transitar de un lugar a otro, los pobladores esperaron varias horas para que bajara el nivel del afluente y se auxilian de enormes rocas para lograr salir de la comunidad.
Para llegar a mi casa ahora tendré que caminar tres kilómetros a pie, aseguró Betina Irías, pobladora.
El alcalde de Potrerillos, Francis Rodríguez, dijo que en horas de la tarde de ayer se comenzarían los trabajos para habilitar el paso hacia las comunidades incomunicadas.
Otra de las zonas que han quedado incomunicadas debido a varios derrumbes y calles dañadas por las tormentas son las de El Porvenir, Potrero
Grande, Copa de Enmedio, Obrero y Ojo de Agua. En estas comunidades residen unas 600 personas. En la zona alta del municipio, en el caserío California y la aldea de Lomalí, también se han presentado daños. En este sector hay 20 personas, albergadas, ya que sus viviendas amenazan con ceder a causa de la humedad.
Daños en Morocelí
Los pobladores de la comunidad de Llano del Tigre y Agua Morada, en Morocelí, también fueron sorprendidos por el vendaval.
Tras dos horas de lluvia, los pobladores aseguran que la zona fue azotada por potentes vientos.
Unas 12 viviendas del municipio quedaron sin techos, en tres caseríos.
En las comunidades que resultaron afectadas residen unas 60 familias.
Pablo Salgado, alcalde de Morocelí, dijo que las autoridades de Copeco se presentaron de inmediato a la zona para las evaluaciones a las viviendas.