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Carnavales, las fiestas mundiales por excelencia

Son celebraciones llenas de color, belleza femenina y tradición ancestral

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18.02.2012

Los carnavales mantienen implícitas tradiciones ancestrales.

Conservarlas no ha sido difícil por el amplio repertorio de diversión que ofrecen en cada región.

En los meses de febrero, marzo y abril se dan los más reconocidos del planeta.

A nivel internacional los carnavales de Venecia y Viarregio (Italia) convocan a miles de personas, así como en Barranquilla (Colombia), México, España y el Mardi Grass de Nueva Orleans, Estados Unidos.

Los más populares son los uruguayos en Montevideo con comparsas de negros y humoristas. En Brasil el más grande es en Río de Janeiro con las bandas y las famosas escuelas de samba.

Y es que los desfiles de las escuelas de samba en el espectacular sambódromo centran la celebración carioca que durante cuatro días paraliza la actividad de la ciudad y la llena de ritmo, baile, plumas y color para maravilla de miles de visitantes.

La capacidad del sambódromo es de unas 50,000 personas, las que alcanzan a colmar las graderías populares, los palcos y los camarotes privados. Allí se realiza el desfile de unas 14 escuelas de samba que cada año compiten por coronarse como la mejor.

Es así que el Carnaval de Río de Janeiro atrae cada año a entusiastas espectadores de todas partes del planeta para disfrutar del increíble evento. La ciudad entera es una fiesta que contagia e invita a moverse al ritmo de la música y sumarse a la diversión, y es que las autoridades locales se preparan durante el año para la celebración del carnaval.

En las calles, además del espectáculo musical, los enloquecidos visitantes disfrutan de la belleza de las beldades que viajan sobre las carrozas, pues portan majestuosos y coloridos trajes.

Antes de Semana Santa

El calendario de fechas del carnaval está siempre determinado por la fecha de la Semana Santa

Se cree que los primeros en disfrutar de los carnavales fueron los campesinos sumerios, que ya antes de Cristo se reunían disfrazados y enmascarados delante de una hoguera para celebrar la fertilidad de la tierra y alejar a los malos espíritus de la cosecha.

De aquí, la tradición llegó a la antigua Grecia, transformándose en la fiesta dedicada al dios del vino, Dionisius, donde existía la tradición de pasear un barco con ruedas (carrus navalis), en el cual la gente bailaba cualquier tipo de danza. En Roma también tuvo su equivalente, dedicándolo así al dios Baco. Todas las celebraciones tenían un punto en común: estaban asociadas a fenómenos espirituales, astronómicos y a ciclos naturales, y se expresaban a través de la danza, la música, la sátira y el desorden. El gran salto de esta tradición de más de 5,000 años a Europa se llevó a cabo en la Edad Media, cuando ciudades como Venecia y Roma arroparon esta fiesta pagana que traían los navegantes que llegaban a los puertos de Venecia.

Hay otra teoría que apoya el origen pagano de la palabra, siendo una antigua tradición en la que se ofrecía carne al dios Baal (carna-baal).

Los carnavales en el continente americano fueron trasladados por los primeros europeos en el siglo XV. Una vez extendida por todo el mundo, la fiesta empieza a adquirir unas características peculiares, provenientes de las costumbres de cada lugar.