Opinión

Rápida y efectiva acción policial

La captura de la banda delictiva que asesinó a un guardia de seguridad en Choloma el 1 de febrero –hecho captado en un video que conmocionó a la opinión pública— al igual que otras acciones policiales contra la criminalidad –como el desmantelamiento, dos semanas antes, de una banda de extorsionadores integrada incluso por empresarios del transporte en Tegucigalpa—, son hechos que se tornan esperanzadores en medio del clima de inseguridad en que sobrevivimos.

Resulta loable la acción policial cuando actúa con la celeridad requerida, como en el primer caso arriba mencionado, y cuando se denota un profundo trabajo de investigación, como ocurrió con la Operación Medusa mediante la cual no solo fueron identificados y capturados los miembros de una banda de extorsionadores sino que también fueron asegurados los bienes obtenidos ilícitamente, incluso cuentas bancarias donde se depositaban los fondos provenientes del cobro del impuesto de guerra.

Lo anterior significa que a pesar de la inocultable corrupción policial, también existen elementos que luchan honesta y efectivamente contra la delincuencia; que sí se puede combatir de verdad contra los antisociales que empeoran las condiciones de vida de los hondureños.

Pero, en el caso del asesinato a sangre fría del guardia de seguridad Jonatan Perdomo, quien pese a la desventaja en que se encontraba optó por ofrendar su vida en el cumplimiento del deber asumido, también se ponen en evidencia las fallas de nuestro sistema, ya que, como ha ocurrido en muchas otras ocasiones, el capturado gatillero, identificado por las autoridades en el video como Héctor Orlando Cruz Ríos, alias “El Pantera”, gozaba de medidas sustitutivas otorgadas por un juez el año pasado.

No solo eso, el máximo jerarca policial denunció el sábado que la mitad de los integrantes de la banda de “El Pantera”, capturado junto a una decena de sus compinches, opera desde el propio centro penal de El Progreso.

Por lo pronto, es justo reconocer la rápida y efectiva acción policial que responde a la urgencia de ponerle fin a la impunidad con que actúan los delincuentes de toda laya en Honduras. Esto demuestra que cuando se quiere, se puede. Y esto es lo que espera la sociedad hondureña.

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