Oración. Que por primera vez en la historia milenaria de la Iglesia Católica, rezó ayer, viernes, en solitario ante la inmensa plaza vacía de San Pedro y dio la bendición y la indulgencia plenaria al mundo por la pandemia de coronavirus que lo azota. “Desde hace unas semanas parece que todo se ha oscurecido. Nos sorprendió una tormenta inesperada”, dijo Francisco.