Las metas de recaudación fijadas por la Fundación Teletón fueron superadas, no obstante la actual crítica condición de la economía nacional, que golpea sin clemencia los escuálidos presupuestos de nuestro pueblo, inmerso en las angustias cotidianas del sustento, la violencia, la corrupción e impunidad, que van destruyendo aceleradamente el tejido social.
Ha quedado evidenciada -de nueva cuenta- la nobleza, generosidad, bondad, altruismo, solidaridad militante de los hondureños que aplican a diario el refrán de “hoy por ti, mañana por mí”, comprendiendo que nadie está exento de sufrir un accidente y/o enfermedad que requiere de los servicios especializados y esmerados que brinda Teletón a todo aquel que toca a sus puertas en búsqueda de fisioterapia y rehabilitación gratuitas en sus diversos centros, que hoy cubren los cuatro puntos cardinales de la geografía patria.
Resultó muy emotivo presenciar cómo, el caudal de donativos fue creciendo rápidamente, desde aquellos modestos, pero no menos valiosos, hasta los de elevada cuantía, todos ciertamente bienvenidos.
Se fue testigo de cómo la población, desde niños a ancianos, desde seres anónimos hasta encumbrados empresarios, cerraron filas y dijeron presente a la convocatoria de respaldo y apoyo.
El mantener activos y en óptimo grado de servicio los centros Teletón requiere de sumas ingentes: desde capacitación en el exterior del recurso humano especializado, hasta la adquisición de equipos sofisticados, pasando por los costos de compra de terrenos, edificación de instalaciones, pago de salarios, mantenimiento, y tantos gastos adicionales que mes a mes deben ser honrados.
Si nuestras felicitaciones efusivas y públicos reconocimientos van orientados hacia todas las personas que con sus donaciones hicieron realidad este milagro de amor, también debemos extenderlas hacia los artistas, técnicos de sonido y luminotecnia, maestros de ceremonia, comunicadores, que, trabajando en equipo excelentemente coordinado, contribuyeron a un feliz desenlace de esta eclosión de amor, fe y caridad. Y el próximo año, seguros estamos, presenciaremos una renovada demostración de cooperación, de entrega, de esperanza en una patria superada en todo sentido en que todas y todos tengan acceso a las mismas oportunidades en salud, educación, trabajo, recreación.