Opinión

Xiomara Castro declaró que su aspiración es divina porque Dios quiere que ella sea la próxima titular del Poder Ejecutivo. “Libre es un proyecto de Dios, que nace de una lucha en contra de un golpe de Estado”. Qué irreverente.

Los que no deliramos lo que anhelamos es un gobernante con seriedad, capacidad, honorabilidad, responsabilidad, probidad, sobriedad, tenacidad, sin antecedentes personales ni familiares que les señalen y que su preparación académica garantice que su gestión sea en beneficio de este pueblo que por noble, para no decirle ignorante, nunca ha sabido ejercer el derecho del voto a conciencia y es sometido como masa amorfa por el populismo y las ofertas demagógicas que no resuelven las necesidades ingentes ni dan progreso. Llevamos 32 años de intentarlo sin lograrlo, 20 con liberales y 12 con nacionalistas e independientemente del color partidario hemos ido de “Mel” en peor.

Los blasfemos usan a Dios como estandarte para hacer o justificar sus fechorías y felonías, como si hablar de Él, limpiara sus culpas. Todos van compungidos a los templos de su religión a santiguarse y darse golpes de pecho, muchos hasta se confiesan y comulgan aún sabiendo que sus pecados, como la corrupción, jamás serán perdonados. Por eso son irreverentes, porque no muestran el mínimo respeto por la religión que dicen profesar y denotan una descarada desconsideración con el pueblo que los eligió o va a elegir.

Atreverse a decir que su partido y por ende su candidatura es “un proyecto de Dios” es irrespeto e insolencia intolerable. Blasfemar etimológicamente significa grave irreverencia hacia alguien. Pero en su uso estricto y generalmente aceptado, se refiere a una ofensa a un dios.

El profano carece de conocimiento y autoridad en una materia, por lo que trata algo sagrado sin el debido respeto, haciendo uso indigno de lo que se considera respetable. Blasfemo, desdeñoso, impío, descarado. Irreverente es la persona que muestra, implica o denota falta de respeto. Desvergonzado, descarado, descomedido.

Es una pena que la señora candidata no tenga recato, es comprensible por su bagaje pero inaceptable por su ropaje político.

Ernesto Guevara escribió que para ser revolucionario hay que ser inteligente. Y para los que dicen seguirle aspirar, sin divinidades, a la Presidencia de la República ese requisito es incuestionable. La capacidad del inteligente se nota sin necesidad de abrir la boca.

El papa Francisco ha dicho que “La hipocresía es el lenguaje de los corruptos”, y afirma que los corruptos son “el anticristo”, hacen mucho daño a la Iglesia y son “un peligro, ya que son adoradores de sí mismos, solo piensan en ellos y consideran que no necesitan de Dios”. Pero los irreverentes lo mencionan para todo en todos sus actos públicos para explotar el sentimiento cristiano de un pueblo creyente que espera que Dios se apiade de él y ven en su candidato al mesías que les devolverá la esperanza perdida de una mejor Honduras.

“Al menos dos tercios de nuestras miserias provienen de la estupidez humana, de la malicia de los hombres y de los grandes motores justificadores de la malicia y la estupidez, como son el idealismo dogmático y el sello proselitista en nombre de las ideas políticas y religiosas”. Aldous Huxley. Mensaje para los irreverentes.

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