El gobernante que recién inicia está obligado a demostrar decisión de cambiar el desastre sufrido por tantos años de ingobernabilidad sostenible y globalizada.
JOH puede lograrlo con la prudencia que conlleva la toma de medidas bien concebidas para que sean enérgicas y no negociables. Nunca se negocia el bienestar del pueblo. Nunca.
Nuestra precariedad moral y cívica requiere que los cambios se den desde el primer día. Tal como se está haciendo ahora. Así no hay engaño, el arranque demuestra el ritmo que llevará este gobierno y todos debemos estar listos para atender y entender que nadie más que nosotros, con un buen dirigente, somos responsables de nuestro futuro. Nos unimos todos o nos jodimos todos. No hay mañana.
Esa modorra que ha caracterizado a los malos presidentes es lo que nos tiene postrados en el ayer sin resultados. Veamos un ejemplo, nuestra economía no responde a las necesidades de modernización de una estructura de Estado que procura el progreso ciudadano.
Lastre que no merecemos. Debe, el gobernante, con su equipo de verdaderos conocedores, estudiar la forma rápida y segura de revertir las causales del estancamiento económico, sin perder el tiempo que profundiza la problemática en todos los aspectos de la vida nacional.
La economía es causa y efecto de la competitividad, las soluciones por decretos emergentes trágico-cómicos ocultan la verdad y favorecen la corrupción oficializada. Así nos han desgobernado los corruptos. Imposible lograr el cambio cuando no se intenta modificar lo básico.
Es un reto que tienen los que hoy administran nuestra pobreza. No hay excusas. La administración del Estado no permite juegos de intereses políticos y menos ideológicos, solo hay una Honduras, la nuestra, esta que estamos a punto de perder por pasivos y cobardes. Y por corruptos. Todos debemos cumplir para exigir. Empoderarnos de nuestra responsabilidad ciudadana nos convierte en vigilantes de nuestro bienestar y denunciantes del incumplimiento gubernamental. Crítica constructiva.
El desempeño en toda la actividad oficial está enmarañada en condicionantes que requieren pagos ilegales para soluciones legales que generan ingresos no al fisco, sino al tramposo que trama la trampa.
En Soptravi y Salud Pública es pública la corrupción con nombres y apellidos y nunca nadie hizo nada, se toleró y fomentó por colusión familiar o política y ahora se dice que cambiarán para combatirla, muy bueno, pero, ¿qué pasó con los delincuentes?, ya se fueron, dirán los indiferentes, están gozando lo robado, comentarán otros.
Nada, debe castigarse y sentar un precedente. Ese corrupto que hoy habla contra la corrupción lo seguirá siendo. El que mama corrupción muere corrupto.
La Cancillería es otro nido de incapaces y tramposos. En fin, todo el aparato estatal es un estercolero que debe limpiarse con firmeza y pronto. Ya se está diluyendo y olvidando la criminal corrupción en el IHSS. Otra bofetada para todos los que hemos cifrado esperanzas de cambio.
JOH fue contundente en su campaña y más en su discurso de toma de posesión que aún retumba en nuestros oídos. Ha empezado muy bien, no debe soltar a ese potro de la corrupción aunque en su corcoveo embarre a sus amigos y correligionarios. Siga gobernando de verdad y con la verdad. Honduras lo merece.