Editorial

Torneo electoral ejemplar

Sí lo espera la ciudadanía estadounidense que culminará el 3 de noviembre su decisión soberana de optar para el próximo cuatrienio bien por la continuidad reeligiendo al actual incumbente, o bien por el cambio escogiendo a su contendiente.

El clima electoral ha estado saturado de recíprocas recriminaciones que, en ocasiones, ha alcanzado niveles confrontativos con agresiones verbales e incluso físicas. Amplios sectores de votantes se han polarizado en torno a temáticas vitales para el presente y futuro de su país, desde la necesidad de adoptar medidas de bioseguridad que prevengan el contagio del coronavirus hasta el control en la venta de armas de fuego, desde el racismo sistémico hasta el cambio climático, desde el aborto hasta la bienvenida o rechazo a corrientes migratorias.

El mundo está a la expectativa del desenlace electoral, por cuanto lo que ocurra en la política interna repercute, de diversas maneras, en el concierto de naciones, sean estas aliadas o rivales de la superpotencia.

Estamos en la antesala de tan trascendental evento: ha llegado el momento de la reflexión profunda, deponiendo el fervor partidario impulsivo. Cada votante debe tomar conciencia que su opción en los comicios tiene consecuencias en el corto, mediano y largo plazo para el rumbo de su gran república. Todos y todas forman parte de una comunidad enfrentada a múltiples y complejos desafíos que requieren de la unidad de propósitos y acciones.

Las ofensas y agravios deben quedar atrás, con suficiente capacidad intelectual y anímica, con tolerancia mutua, para perdonarlas, pudiendo escuchar opiniones contrarias a la luz de la razón, cerrando filas sabiendo que se comparte un común destino: la búsqueda del bienestar y felicidad colectivas, sin distingos de credos, razas y orígenes nacionales.

La diversidad étnica e ideológica ha hecho de los Estados Unidos de América el gran país que es desde que nació a la vida independiente, creciendo y prosperando hasta alcanzar posiciones cimeras a lo largo de los siglos, asumiendo liderazgo a escala planetaria, en un mundo cada vez más conflictivo enfrentado a riesgos humanos y naturales con efectos dramáticos e inciertos.