La actual crisis sanitaria-económica está evidenciando, aún más, a aquellas que otorgan, incondicional y totalmente, con abnegación y múltiples sacrificios, lo mejor de sí para llevar, por igual, alimentos y medicamentos, amor y esperanza al seno familiar a efecto que sus integrantes cuenten al menos con lo básico para poder subsistir y no capitular ante la adversidad.
No siempre sabemos valorarlas, al no agradecerles con hechos concretos nuestro profundo agradecimiento por su total entrega. De hecho, las múltiples presiones y tensiones acumuladas recaen sobre las madres por parte de sus compañeros de hogar al someterlas a violencia y abusos, descargando en ellas frustraciones y resentimientos. Si todas ellas hacen de la maternidad una profesión-vocación, aún más aquellas que no han contado con el respaldo y cooperación de su pareja.
Abandonadas, deben multiplicarse para poder facilitar a sus hijos(as) el cotidiano sustento en circunstancias complejas como las actuales, cargadas de incertidumbre, ansiedades, congojas. Se ingenian de mil maneras, redoblando esfuerzos y estrategias de supervivencia, sin permitirse flaquear en la lucha por la existencia cotidiana. Pese al cúmulo de limitaciones materiales, conservan una reserva espiritual de fe, optimismo, dignidad, que permite sobrellevar desafíos de todo tipo, sin doblegarse.
Auténticas heroínas anónimas, no siempre encuentran, cuando menos, reconocimientos afectivos por sus desvelos. Cuando las puertas se cierran en su patria, optan por migrar al extranjero con el propósito de enviar a los seres queridos que dejan atrás, mediante su inserción laboral, remesas que posibiliten su subsistencia y la de la familia que queda allá, a miles de kilómetros, sin perder la ilusión de una eventual reunificación. Algunas lo logran, las más no, por circunstancias diversas.
Toda madre comprende que la educación constituye la indispensable plataforma para dotar a su descendencia de la oportunidad de avance social y material. Por ello, intenta que sus niñas y niños logren ampliar sus posibilidades de superación a las cuales no siempre ella pudo acceder.
Diario EL HERALDO congratula a todas las madres hondureñas, donde quiera que se encuentren. Felicidades y bendiciones hoy y siempre.