El diputado electo del Partido Libre, Juan Barahona, escribió en estos días un tuit en el que recordaba que “en la campaña se firmó un convenio por escrito entre el partido Libre y el PSH, que al momento de ganar íbamos a ceder la presidencia del Congreso Nacional a un diputado del Partido Salvador de Honduras”, el cual, agregaba, “no lo podemos desconocer por que nos hace quedar mal”.
El mensaje lo hizo público en momentos en que dentro de la bancada del partido Libre se levantan las voces de algunos diputados que se niegan a a reconocer el acuerdo y exponen su oposición a la candidatura de Luis Redondo, quien ha sido seleccionado por el PSH para ocupar la posición en contienda, desconociendo con ello el apoyo explícito de la presidenta electa y el coordinador del partido Libre, Manuel Zelaya, a tal nominación.
Y como dice el dicho popular: “En río revuelto, ganancia de pescadores”, y es así como los partidos de oposición, con el aval de diputados electos del partido Libre, habrían comenzado sus propios cabildeos, a hacer números y hasta a barajar sus propios candidatos para, si las suerte les acompaña, poner a uno de los suyos.
Si lo logran, sería un duro golpe para Castro, quien, a pesar de la mayoría obtenida, necesitará del apoyo del Legislativo para poder cumplir con muchas de sus propuestas, pues el pueblo no les dio en ese poder del Estado la mayoría deseada.
Esta es solo una razón por la cual la elección del presidente del Congreso Nacional se torna importante para los intereses del partido Libre, pues no se trata solo de cumplir con un acuerdo de caballeros firmado por la cúpula de su partido, como debería de ser, se trata de lograr una elección menos traumática, de la cual puedan salir más unidos que divididos, lo que les permitiría sentar las bases de una legislatura en la que se garantice la nueva forma de gobernar y hacer leyes que ofrecieron en campaña.
El mensaje lo hizo público en momentos en que dentro de la bancada del partido Libre se levantan las voces de algunos diputados que se niegan a a reconocer el acuerdo y exponen su oposición a la candidatura de Luis Redondo, quien ha sido seleccionado por el PSH para ocupar la posición en contienda, desconociendo con ello el apoyo explícito de la presidenta electa y el coordinador del partido Libre, Manuel Zelaya, a tal nominación.
Y como dice el dicho popular: “En río revuelto, ganancia de pescadores”, y es así como los partidos de oposición, con el aval de diputados electos del partido Libre, habrían comenzado sus propios cabildeos, a hacer números y hasta a barajar sus propios candidatos para, si las suerte les acompaña, poner a uno de los suyos.
Si lo logran, sería un duro golpe para Castro, quien, a pesar de la mayoría obtenida, necesitará del apoyo del Legislativo para poder cumplir con muchas de sus propuestas, pues el pueblo no les dio en ese poder del Estado la mayoría deseada.
Esta es solo una razón por la cual la elección del presidente del Congreso Nacional se torna importante para los intereses del partido Libre, pues no se trata solo de cumplir con un acuerdo de caballeros firmado por la cúpula de su partido, como debería de ser, se trata de lograr una elección menos traumática, de la cual puedan salir más unidos que divididos, lo que les permitiría sentar las bases de una legislatura en la que se garantice la nueva forma de gobernar y hacer leyes que ofrecieron en campaña.