Editorial

Llamado a activar la solidaridad

El Señor nos interpela y en medio de la tormenta nos invita a activar la solidaridad, capaz de dar sentido en estas horas en la que todo parece naufragar”.

El anterior ha sido el mensaje que el papa Francisco ha enviado ayer, viernes, ante la plaza vacía de Pedro del Vaticano, desde donde oró e impartió una bendición al mundo que se enfrenta a la pandemia del coronavirus Covid-19.

El Papa llamó a ser solidarios con los médicos, enfermeros y enfermeras, los encargados de reponer los productos en los supermercados, las limpiadoras, cuidadoras; los transportistas, las fuerzas de seguridad y voluntarios, los sacerdotes y las religiosas y “tantos pero tantos otros que comprendieron que nadie se salva solo”.

Porque la solidaridad es el sentimiento que mantiene a las personas unidas en todo momento, sobre todo cuando se viven experiencias difíciles, como la actual, y la unidad es la fuerza que nos llevará a superar como sociedad la crítica situación que hoy se enfrenta no solo en Honduras, sino que alrededor del mundo.

Este es el tiempo de tender la mano a los más necesitados, pero principalmente a los enfermos que son quienes más sufren.

Todos tenemos que ser solidarios, nadie es demasiado rico ni demasiado pobre para no compartir con su prójimo lo mucho o lo poco que se tiene.

El egoísmo, las luchas ideológicas, las diferencias de clases, entre muchos otros sentimientos y actitudes que marcan el diario vivir de no pocos ciudadanos, deben ser desechadas.

Esos son sentimientos, son actitudes, que no ayudarán a sobrellevar y mucho menos a salir de la crisis.

El camino que queda por recorrer es largo y tortuoso, y solo se podrá recorrer si lo andamos juntos, apoyándonos unos y otros.

La solidaridad tiene que florecer en todos los espacios