Editorial

La mora de la ENEE

No son buenas noticias para la estatal Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE), pues arrastra graves problemas financieros que, sin duda, se están viendo agudizados por el incremento en la mora registrado en los últimos 12 meses como consecuencia de la pandemia del covid-19 que obligó al cierre total (en el principio de la misma) y parcial (en los meses posteriores) de la economía.

El último informe de la empresa canadiense Manitoba Hydro International (MHI) señala que la mora alcanzó la escandalosa suma de 12,219 millones de lempiras.

Según el informe, entre febrero de 2020 (sin pandemia) y febrero de 2021, el aumento global absoluto de morosidad ha sido de 2,768 millones de lempiras.

El sector residencial ha sido el de mayor impacto, con 1,791 millones de lempiras de deuda, lo que sin duda está marcado por la reducción de los ingresos de los abonados, muchos de los cuales perdieron sus empleos o sus fuentes de ingresos a lo largo de la pandemia.

Pero la mora también subió en el sector comercial (559 millones de lempiras), el industrial (368 millones) y el gobierno (368 millones).

El informe deja al descubierto la insostenibilidad financiera de la empresa, que ha sido incapaz de cobrar el servicio que presta aun en medio de la pandemia, y obliga a la ENEE a continuar con la única vía que es el endeudamiento externo vía bonos para pagar a los generadores privados, que proveen el mayor porcentaje del servicio.
El gobierno debe buscar el mecanismo legal que permita a la EEH cumplir con sus compromisos, sin que esta se justifique en las disposiciones legales emitidas tras la pandemia, básicamente con las decisiones emitidas por el Congreso Nacional decretando amnistías a los deudores, que aún siguen vigentes. La economía del país pasa por una estabilidad de la empresa que le permita ser autosostenible y brindar un servicio de calidad, estable y ofrecer precios a costos competitivos.