Ocho décadas de amistad entre ambos pueblos han consolidado mutuos conocimientos de sus identidades, culturas, aspiraciones de cara al presente y futuro. Separadas por el océano Pacífico, pero unidas en propósitos comunes: el bienestar y prosperidad de sus respectivas sociedades, el fortalecimiento de sus fructíferas relaciones bilaterales, en plano de absoluta y respetuosa igualdad, sin imposiciones ni condicionalidades. Producto de este enfoque digno, ambas repúblicas resultan beneficiadas.
Honduras indeclinablemente otorgando sólido respaldo diplomático a la soberana e independiente República de China (Taiwán), abogando por su participación, de pleno derecho, en las Naciones Unidas y sus distintos organismos, con lo que se beneficia la humanidad dada la vasta experiencia acumulada por esta pequeña gran nación insular, pequeña en extensión territorial, grande por su sistema político democrático, el más consolidado en Asia; adicionalmente, abriendo sus mercados a inversionistas taiwaneses, adquiriendo sus manufacturas y tecnologías.
Taiwán, por su parte, enviando diversas misiones técnicas en agricultura, pesca, acuicultura, porcicultura, fruticultura, que permiten el mejoramiento de nuestra producción agropecuaria en provecho de pequeños y medianos productores; comprando cantidades crecientes de nuestras exportaciones, otorgando becas en distintos niveles académicos a nuestros estudiantes, que al graduarse aplican los conocimientos adquiridos: impulsando proyectos educativos; donando equipos médicos; enviando misiones sanitarias y culturales, integradas por funcionarios y voluntarios. Tales lazos pueden y deben ampliarse para bien de ambos países, convencidos que ambos están hermanados en propósitos comunes.
Con ocasión de la reciente tragedia ferroviaria acaecida en Taiwán, nuestro pueblo y gobierno han manifestado sus condolencias a las familias dolientes y a las autoridades nacionales, encabezadas por la presidenta Tsai. Ella y su gabinete han agradecido tal muestra de solidaridad.
