Sirva la fecha que hoy nos marca el calendario cívico hondureño, del Día del Médico, para recordar a cada uno de los 93 profesionales de la medicina que perdieron su vida en la lucha contra la covid-19, y agradecer a todos y cada uno de los que, en medio de las dificultades que representa ejercer la profesión en países pobres como el nuestro, siguen estando en la primera línea de la lucha contra el mortal virus.
Han pasado cinco décadas desde que la fecha fue instituida para honrar a los profesionales que tienen en sus manos la virtud de atender la salud de las personas y salvar sus vidas, pero también, que se ven obligados a trabajar en condiciones adversas por la escasa inversión en el sector público de salud.
Si bien, hay médicos que han encontrado en el ejercicio de la medicina el camino fácil para hacer dinero dejando de lado los valores éticos de tan noble profesión, también lo es que son muchos más los que la ejercen con honestidad y apego estricto a la ética, con un alto espíritu de servicio a la comunidad. Su trabajo es invaluable.
Por ello, el pueblo hondureño les merece un agradecimiento eterno, porque, aunque muchos pueden decir que ese es su trabajo y que para ello se les paga, el mismo lo han hecho con responsabilidad, con apego a los principios éticos de la práctica médica.
Su trabajo, su sacrificio, sus consejos, estudios e investigaciones, han sido pilares para poder enfrentar con relativo éxito la pandemia, frente a la descoordinación manifiesta de las autoridades sanitarias, y de todos y cada uno de los actos de mal manejo administrativo evidenciados, por ejemplo, en la compra de los hospitales móviles y de insumos, entre otros.
En el Día del Médico Hondureño felicitamos a quienes ejercen la profesión y agradecemos su labor en estos tiempos de crisis. ¡Muchas gracias!
Han pasado cinco décadas desde que la fecha fue instituida para honrar a los profesionales que tienen en sus manos la virtud de atender la salud de las personas y salvar sus vidas, pero también, que se ven obligados a trabajar en condiciones adversas por la escasa inversión en el sector público de salud.
Si bien, hay médicos que han encontrado en el ejercicio de la medicina el camino fácil para hacer dinero dejando de lado los valores éticos de tan noble profesión, también lo es que son muchos más los que la ejercen con honestidad y apego estricto a la ética, con un alto espíritu de servicio a la comunidad. Su trabajo es invaluable.
Por ello, el pueblo hondureño les merece un agradecimiento eterno, porque, aunque muchos pueden decir que ese es su trabajo y que para ello se les paga, el mismo lo han hecho con responsabilidad, con apego a los principios éticos de la práctica médica.
Su trabajo, su sacrificio, sus consejos, estudios e investigaciones, han sido pilares para poder enfrentar con relativo éxito la pandemia, frente a la descoordinación manifiesta de las autoridades sanitarias, y de todos y cada uno de los actos de mal manejo administrativo evidenciados, por ejemplo, en la compra de los hospitales móviles y de insumos, entre otros.
En el Día del Médico Hondureño felicitamos a quienes ejercen la profesión y agradecemos su labor en estos tiempos de crisis. ¡Muchas gracias!