Editorial

Apagones

La presidenta Xiomara Castro ha escrito en sus redes sociales: “Sabemos que enfrentamos grave racionamiento de energía por bajo nivel de agua en represas e indisponibilidad de plantas térmicas, precarias condiciones de ENEE y el moribundo contrato de EEH es inoportuno, prematuro y desafortunado”.

La mandataria ha aceptado que los cortes de energía son consecuencia de un racionamiento obligado, algo que negó vehemente el gerente de la ENEE, por las causas que cita en su mensaje, pero también por la falta de planificación para enfrentar esta problemática y no solo de este gobierno, sino de otros que muy poca visión tuvieron para atacar la problemática de raíz.

Hoy se enfrentan las consecuencias de las malas decisiones y las decisiones no tomadas en el campo energético, con las consecuentes afectaciones a la economía y la población que resiente los constantes apagones y la ausencia de una planificación encaminada a enfrentar la crisis.

Hay muchos documentos, estudios y análisis sobre las causas y las consecuencias de la crisis, pero pocas o nulas acciones encaminadas a ejecutar esas u otras recomendaciones que estén acordes con las políticas que la presidenta Castro prometió impulsar en este sector vital para el desarrollo e impulso económico de la nación.

Lo que se hizo o no se hizo debe servir de referencia para no volver a cometer esos errores en un nuevo proceso que debería llevar a normalizar el servicio a nivel nacional. El depender de si llueve o no para garantizar el servicio no debe ser el norte de una empresa como la ENEE, vital para el desarrollo del país.

Despolitizar la empresa de energía, integrar a ella personal que conoce del tema energético y transparentar los planes y programas para enfrentar la crisis son solo algunas medidas urgentes a tomar.

Caso contrario, a la población no le queda más que hacerse de sus propias plantas eléctricas y de candelas para hacer frente a los racionamientos