Editorial

Protocolos de bioseguridad

Tras cinco semanas de confinamiento por el Covid-19, el gobierno y las empresas hondureñas trabajan en la elaboración de los nuevos protocolos de bioseguridad que regirán las actividades económicas en el país, y que tienen como objetivo garantizar ambientes laborales seguros e higiénicos en todos los sectores económicos e industriales.

Y es que el diminuto virus que llegó para alterar las formas de vida, las costumbres, los modales de los seres humanos, también nos dejará nuevas normas, nuevas reglas de trabajo a las que deberemos ir acostumbrándonos poco a poco, y con las que tendremos que vivir quizá por mucho tiempo, todo el tiempo que pase hasta que los científicos encuentren la vacuna contra el diminuto virus que causa pavor y muerte en el planeta.

Estos nuevos escenarios han obligado al mundo a trabajar sobre la marcha en las nuevas reglas que marcarán de aquí en adelante los procesos productivos de los países, no importando si estos son industrializados o no.

En el caso de Honduras, estas medidas de bioseguridad permitirán preparar a las empresas para una apertura inteligente, paulatina, ordenada y segura a las labores, ha dicho el ministro del Trabajo. Y sin duda que debe ser así, que esos nuevos mecanismos permitan la reapertura de la economía de manera gradual, pero más que todo que asegure el bienestar de la población y principalmente de los actores de la actividad productiva. Pero se debe siempre tener en cuenta que no será suficiente con que las nuevas normas se plasmen en protocolos de bioseguridad, sino que las mismas se cumplan a cabalidad por todos los actores de la actividad productiva.

Las empresas, sin importar su tamaño, estarán obligadas a implementar las nuevas medidas, el gobierno a verificar que las mismas se cumplan, y la población a integrarlas a su nueva forma de vida. Solo así se frenará el avance del letal virus y se logrará reaperturar con éxito la actividad económica y social.