Opinión

Desastre en el Congreso Nacional

Cualquiera pensaría que me referiría a actuaciones de los diputados con lo que aprueban o dejan de aprobar, pero yo me quiero referir al edificio en sí del Congreso Nacional.

Cada día, al pasar frente a este edificio, no dejo de sentir desagrado por lo maltratado y sucio que está, sus paredes rayadas por los protestantes, basura en sus alrededores y, para no variar, los carros de los diputados subidos en las aceras por falta de parqueo.

Al presidente del Congreso me atrevo a hacerle las siguientes sugerencias:

1). Que mande a las aseadoras a que le den una buena barrida, en especial, a la entrada al parqueo que da frente al antiguo edificio de la ENEE. Esa entrada pasa sucia todo el tiempo. Y que quiten las malezas donde están unas destrozadas palmeras.

2). Que le pida al Cuerpo de Bomberos que -utilizando sus camiones de presión- le den una limpiada con agua a los bajos del Congreso y la fachada de este edificio.

3). Que se limpien las paredes rayadas con cepillos de metal hasta dejarlas libres de tanta obscenidad escrita allí.

4). Mandar a pintar ciertas partes que requieren pintura.

5). Sembrar en las jardineras plantas y flores.

6). Implementar estas acciones con frecuencia a fin de mantener lo más limpio posible el Congreso Nacional.

7). Colocar una Bandera Nacional al menos cada 2 o 3 meses, porque la que está en este momento da pena.

8). Este punto considero yo es uno de los más importantes: mande a construir un parqueo de dos plantas, así como lo hizo un supermercado que está casi frente al hospital Escuela.

En espera que don Juan Orlando Hernández lea estas sugerencias y las ponga en práctica para que el Congreso recupere su brillo, me despido de ustedes.