Opinión

Democracia y prensa

'Un gobierno debe saber convivir con las críticas de la prensa, para tener un compromiso real con la democracia porque la democracia exige esa condición', dijo Dilma Rousseff, presidenta de Brasil, en el 90 aniversario del Journal de Sao Pablo. Esta es una posición clara de la líder de la sexta economía del mundo moderno.

El emperador Pedro II (1840-1889), quien a pesar de las críticas y caricaturas a su persona autorizó la apertura de más de 20 periódicos, resaltaba que la prensa se combate con la prensa, y así mismo que el debate político y la oposición de la prensa eran la mejor fuente de información del gobernante. Brasil confirma con estas posiciones su tradición de respeto al papel de la prensa en la democracia.

En la misma zona de América del Sur vemos como tres países, en los últimos años, manejan una posición nada parecida con la prensa: Venezuela, Ecuador y Argentina, que en forma sistemática han tomado políticas en contra de la libertad de prensa. Argentina tiene varios años de bronca con los diarios bonaerenses de El Clarín y La Nación, Ecuador ha demandado en los tribunales al diario El Universo de Guayaquil, y en el caso de Venezuela, desde que llego Chávez la prensa de este país ha sido mermada, controlada y enjuiciada de manera totalitaria.

Sumado a lo anterior estos países, bajo el liderazgo de Correa, intentan ahora limitar a la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión, que depende de la CIDH, órgano de la OEA. Esta Relatoría es la última de las siete con que cuenta la CIDH, y ha emitido informes intensos sobre las amenazas que se ciernen sobre la libertad de prensa en la región, y que se ha convertido en la puerta que tocan los periodistas del continente que ven en peligro su libertad; su prestigio ha llevado a que varios países de la Unión Europea aporten a su presupuesto.

A iniciativa de Ecuador y Venezuela se creó el pasado mes de julio en la OEA un grupo de trabajo para analizar el trabajo de esta Relatoría; el problema es que si se toman en cuenta las recomendaciones dirigidas por estos dos países y posiblemente apoyadas por otros, se vería desprotegida seriamente la libertad de prensa. El grupo recomienda tres cosas de fondo: una de ellas es que los informes que publique sean al mismo tiempo que la de las otras relatorías, lo cual opacaría su visibilidad y debilitaría su impacto; el segundo es que la Relatoría no podrá recibir financiamiento externo, lo cual limitaría su trabajo de investigación, y el tercero es que los integrantes se limiten a un código de conducta, lo que podría coartar sus comunicados.

El próximo 25 de enero es la fecha en que en la sede de la OEA en Washington se tomará la resolución correspondiente, y por lo mismo en la última reunión de Presidentes de América Latina, en Caracas, en el marco de la organización de la CELAC, el presidente Correa llamó a sus colegas a sumarse en contra de lo que él considera los poderes fácticos de la prensa y lanzó dardos cargados contra la Relatoría. Algunos Presidentes se sumaron, otros llamaron a la prudencia, pero será en Washington donde realmente conoceremos las posiciones finales; será aquí donde podremos ver quién está a favor de la democracia y respeta el papel de la prensa.

Los países que son más receptivos a las causas de la libertad de expresión deben dejar claro que las recomendaciones deben interpretarse de manera constructiva y no hacia el debilitamiento de la Relatoría.

En el caso particular de Honduras, la prensa ha venido en forma consistente fortaleciendo y mejorando su labor, vemos un trabajo más serio, más de investigación, más objetivo, más defensor de las causas comunes; crítico constructivo, denunciante oportuno, con más tecnología de punta, con un dinamismo virtual a nivel internacional; vemos como han crecido los medios televisivos y de radio; cada día se destacan nuevas figuras jóvenes que serán promesas que tendrán que demostrar profesionalismo de altura de este siglo, y sí lamentamos las pérdidas de algunos de ellos, sin que hasta la fecha tengamos una respuesta de las causas.

Este gobierno tiene la oportunidad de demostrar su posición al respecto, no solo el próximo 25 en la sede de la OEA, sino que diariamente con la transparencia y repuesta oportuna, el trato y manejo respetuoso.

Decía Thomas Jefferson que 'entre un Estado sin prensa y con gobierno y uno con prensa y sin gobierno, prefiero lo segundo'.