El término Producto Interno Bruto (PIB) nos indica el tamaño de una economía en términos de lempiras nominales. Según datos del Banco Mundial el PIB de Honduras en el 2011 fue de $17,259 millones de dólares, cantidad equivalente a 345 mil millones de lempiras. El ingreso per cápita fue de $1,970 ese año.
Si bien el concepto de ingreso per cápita nos indica la relación entre los ingresos totales de una economía y su población y es útil como una referencia de la productividad o cantidad de recursos disponibles por habitante, no deja de ser más que una concepción teórica que no refleja ninguna realidad específica. Debido que está basada en dos aproximaciones de la realidad: el Producto Interno Bruto, las complejidades de contabilizar todos los bienes y servicios finales que se producen en un año; y la población, con las dificultades de proyectar los habitantes que tiene el país.
A pesar de sus limitaciones, el concepto de ingreso per cápita ha sido usado como indicador válido del estado de economía de un país e implícitamente de sus habitantes. Cuestionadas, estas concepciones han sido sustituidas por métodos que mejor valoran el tema más álgido de la economía: quiénes se benefician de los ingresos (riqueza) que se genera en una economía y qué tan equitativa es esa distribución.
Un concepto sobre el tema es la llamada Curva Lorenz, que muestra gráficamente la distribución de la renta en una sociedad. Se comparan porcentajes acumulados de población con porcentajes acumulados de ingresos. La propuesta de base es que cuanto más coinciden ambas, más equitativa es la distribución. En otras palabras, que el 40% de la población reciba el 40% de ingresos y así sucesivamente. La Curva Lorenz es la gráfica que se elabora con base en las combinaciones de esos porcentajes de 1 a 100 respectivamente, se grafican y muestran qué tan distantes están de esa “equidad perfecta”.
Otro método para medir en forma más explícita la desigualdad, es el Índice Gini y se basa en la Curva Lorenz, solo que esta es ya una aplicación matemática y nos revela las proporciones acumuladas del ingreso nacional que reciben las proporciones acumuladas de la población. Se divide la población total en quintiles, o sea, cinco segmentos de 20% de la población cada uno, agrupado según sus ingresos. El primer quintil de la población es el que recibe el mayor porcentaje del ingreso y el quinto quintil el menor. En Honduras, según datos del Banco Mundial, el quintil más bajo de la población, o sea, el 20%, recibe únicamente el 2% del ingreso nacional, con tendencia a empeorar. El Índice Gini de Honduras, según datos de 2009, era de 56.95; colocándonos en una lista de 153 países como el octavo más desigual.
Por eso, nuestra economía, aunque haya crecido, no refleja mejoría en términos de desarrollo y bienestar. La inequidad se ha acentuado y las disparidades sociales marcado aún más. Nuestra economía es como un globo que crece, pero que se desliza hacia abajo por el peso desproporcionado de la miseria y pobreza económica de la mayoría de la población.