Columnistas

Viejas costumbres

Se acerca el 27 de enero, fecha en que se hará entrega de la banda presidencial al nuevo gobernante hondureño. Como esta fecha está a la vuelta de la esquina, y como es una vieja costumbre en la cultura hondureña, el gobernante saliente y su equipo de ministros, diputados, asesores y otros sobalevas, deben acelerar el paso para dejar colocados a los pegadores de afiches, a los que han trabajado por el partido y que a la fecha no han podido ser colocados en las diferentes instituciones del Estado. Eso pasa y ha pasado en todas las administraciones anteriores.

Para nadie es desconocido que, casi siempre a última hora, se hacen nombramientos para honrar compromisos, muchos de los cuales no están en función de la normativa legal del estado, pero como para nombrar a su gente, en la “Honduras de aquí” solo basta que se emita un Decreto Ejecutivo aprobado en Consejo de ministros (PCM), la cosa camina. Es esto, justamente, lo que se ha hecho en el sistema educativo hondureño para nombrar docentes a última hora. El gobierno ha anunciado que, a partir de la fecha, para nombrar un docente en propiedad ya no se necesita que este haya estado laborando durante dos años consecutivos en una plaza vacante; que basta con seis meses para otorgarle la exoneración.

Esto contradice lo que ellos mismos aprobaron y anunciaron con bombos y platillos en la famosa Ley Fundamental de Educación, que decía que para nombrar en propiedad un docente concursado debía laborar durante dos años consecutivos para exonerarse y tener derecho a ser nombrado en propiedad. Con esto volvemos a la vieja practica que teníamos anteriormente, y probablemente se hace con el objetivo de colocar a la gente y ganar adeptos en este próximo proceso electoral. ¿Pero dónde queda la Ley Fundamental de Educación o el Estatuto del Docente? ¿Cuando conviene se aplica y cuando no conviene se reforma? ¿Cómo es la cosa? ¿Y no era que la nueva Ley Fundamental de Educación tenía como objetivo cambiar el actual sistema educativo del país que data de los años sesenta?

¿Y no era que esa ley era la más democrática en la historia del país, que ninguna ley fue tan socializada como esta? ¿Y no que era la primera ley que nace de abajo hacia arriba, que surgía del pueblo y no de las cúpulas de poder como ha sido una costumbre? Si fue tan socializada como se dijo en aquel momento, ¿por qué ahora se elimina el Tribunal de la Carrera Docente?, ¿por qué ahora, que la vigencia de la nota de aprobación del concurso será de un año o hasta que se realice un nuevo concurso? ¿Por qué ahora se corre a iniciar el proceso para nombrar docentes y hacer todo el proceso en menos de cuatro días y en pandemia?

¿No debería realizarse en un intervalo de tiempo mayor? ¿Por qué todo a la carrera? ¿Por qué no se hace en enero? Si sabemos el gran trabajo y esfuerzo que realizan los docentes a lo largo y ancho del territorio nacional para atender a los niños, niñas y jóvenes sin importar las limitaciones, ¿por qué no hacemos un proceso ordenado y transparente con oportunidad para todos y en las mismas condiciones?