Columnistas

Un diálogo con locas y sin locas

El cacareado “diálogo político” donde sus actores buscan arreglar sus negocios y no la crisis que nos han heredado está convirtiéndose en un circo donde pululan unos cuantos tontos con locas ideas y sin ideas. Estamos frente a un grupo de vivarachos que cotorrean decoro siendo meros asaltantes del erario. Revisemos sus funestos pasados.

Se reconoce que pocos quieren el bienestar y la paz para el país. Empero, una ristra de políticos solo ambiciona el poder. El honorable Manuel “Mel” Zelaya Rosales está ardido tras ser derrocado en 2009 por el entonces jefe castrense Romeo Vásquez Velásquez con quien ha tenido citas a escondidas. Para “Mel” solo habrá diálogo si aceptan sus caprichos.

El hombre de Los Horcones (panteón de su familia) reiteró que JOH es un “dictador” que quiere legitimar su mandato llamando al consenso político con prensa mansa ¿Y sus asalariados don “Mel”? El exjefe –en medio de sus locos sentires- añora, según intuimos, que los periodistas le besen la botas como en tiempos de su cuarta urna. ¡Prohibido olvidar!

La mayoría está en la mesa del coloquio avalado por la Organización de Naciones Unidas (ONU) pero en el camino surgen diversos problemas y divergencias dentro de la Alianza de Oposición contra la Dictadura pues su “dios” Salvador Nasralla también pasa cruzado. Hoy dice una cosa y mañana la niega. Hoy está con “Mel” y mañana se va de la casa. Una pareja de perros y gatos.

Son una dupla de locos donde solo ellos tienen la razón y el recato. Para la alianza, JOH no es el gobernante electo y, por tanto, nadie de sus miembros asistirá a las pláticas. Si locamente “Mel” y el hombrón de X-0, Da Dinero (amado de empresarios doble cara) rechazan la “dictadura” ¿por qué cobraron la deuda política de las pasadas elecciones?

Pensemos y hablemos sin prejuicios ni con rabietas. La prensa domada es aquella cuyos miembros están de diputados y en otros cargos de elección popular y callan lo que sus jefes ordenan porque son comerciantes. JOH debe cambiar su discurso de hace cuatro años para que el diálogo no parezca una escena de locos y locas.