En un país sembrado de odios, dudas, violencias y fraudes no tendremos más cosechas que una democracia fallida, con una economía desbaratada por conflictos subsidiados a costillas de la pobreza extrema y como tiro de gracia la semilla recién esparcida de este gobierno es aprobar a destajo 4,000 millones de lempiras para las Fuerzas Armadas, bajo decreto ejecutivo PCM 052-2019, publicado en el diario oficial La Gaceta, donde a mansalva el dinero será dado al Ejército a fin de realizar labores agrícolas. Lo que plantea la creación del Programa de Desarrollo Agrícola de Honduras (PDAH), que será manejado por la Secretaría de Defensa Nacional (Sedena) a través de la manu militari. Con este decreto, el Poder Ejecutivo está dando las credenciales a las Fuerzas Armadas, pues será la tal Sedena que lo coordinará a nivel nacional. Al menos esto nos garantiza que tendremos una “Hondura verde”. De nada sirven esas instituciones que pudieron manejarlo tal como la Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG), el Instituto Nacional Agrario (INA) o el mismo Instituto de Conservación Forestal (ICF), ahora estos remedos de secretarías, podridas por la corrupción, serán reclutadas para ponerse “firmes” ante Sedena. El programa de todas las posturas acomodadas de la política servil está fuera de la función constitucional del Ejército y el “Tigre” mayor lo sabe. Y aunque bien sabemos, pero no aceptemos, que la institución más disciplinada es el Ejército; peor en este circo de políticos baratos que salen caros, sin embargo, eso no justifica la piñata desmedida de la que el gobierno ha hecho fiesta con la finalidad de dar semejante presupuesto a las FF AA. Incluso con el protagonismo histórico de aquel año de 1973, durante el segundo período de gobierno militar del general Oswaldo López Arellano (1972-1975), donde sucede la gran transformación a las políticas de reforma agraria, se da paso a organizar y promover la producción agrícola e industrial. Ese gobierno militar se planteó como objetivo organizar cooperativas de producción tecnificada, rumbo al desarrollo en el campo. La Junta Militar reconstruyó la economía nacional en estructuras institucionales sólidas que progresivamente despegaban como nunca el agro, con políticas transparentes e integrales frente a una crisis brutal de la época. Sin duda, los militares lograron transformar la distribución productiva y sanear la producción y modernizar la industria nacional. Las FF AA se ganan contundentemente el apoyo de la población y hasta los grupos más radicales adscritos al partido comunista aplauden al Ejército. Campesinos, obreros, sindicatos y gente del campo se levantaron cada mañana con el propósito de presenciar el milagro agrícola en la historia de Honduras. Tiene algo de lógica, la piñata presupuestaria, porque es posible que, bajo los reflectores de esta historia, se busca levantar el campo y la imagen de un gobierno caído en desgracia, igual que aquella junta de gobierno que en su década de poder se emprendió el más grande desarrollo y transformación de la nación, hasta que la democracia con sus ramilletes de lisonjas populistas amasaba el poder más ultraconservador del siglo pasado, de la mano del Dr. Suazo Córdova y esa tendalada de presidentes calculadores e ilusionistas que siguieron después, gobiernos agrios sin reformas que solo han sembrado miseria y cosechado hambre.