Disponer de riqueza y adueñársela; contar con abundancia de recursos naturales y entregarlos a ajenos para que la exploten, dejando a sus originales dueños en hambre y orfandad; emplear el patrimonio de toda una nación para pulir fusiles, acerar bayonetas, reprimir y matar a los defensores del ambiente natural, coartar libertades, endeudar a la república y organizar sobre ella la más ambiciosa e inmunda red de corrupción y narconegocios que el istmo haya conocido, es la crueldad más violenta sabida, expresión vulgar de inhumanidad por cuanto le roba el sueño a las generaciones que están
por despertar.
Honduras vive hoy su peor pesadilla. En vez de dedicarse a trazar el desarrollo y concentrar el alma en las urgentes tareas de planificación del progreso y el bienestar, debate cada día si la dictadura prosigue o cae. La violencia más cruel es la de la incertidumbre y la angustia con que se somete al pueblo para avasallarlo, humillarlo y explotarlo, como es la actual situación.
Argentina discute hoy si puede ampliar el beneficio de transporte que la ley otorga a estudiantes de secundaria, a quienes permite cincuenta viajes gratuitos de autobús rumbo a la escuela. López Obrador, presidente de México, analiza si incrementa el subsidio que extiende a ancianos y jubilados y que duplicó tras iniciar mandato. La Universidad Tecnológica de Panamá, gestada por Omar Torrijos, adicional a que cobra por semestre escasos 25 dólares y a que subsidia los comedores estudiantiles ––donde el alumno paga 0.85 de dólar por almuerzo–– estudia al presente cómo mejorar el servicio de traslado de pupilos desde el campus a las urbes sin cobro alguno.
El Salvador ha resembrado miles de hectáreas que contribuyan a producir agua antes que la Gran Sequía, la hecatombe final, descienda ominosa sobre el orbe. Costa Rica contrató a expertos nutricionistas de Europa para que le definan si la merienda escolar que cada mañana dispensa a un millón de infantes y púberes es sustantiva y alimenticia. Los editores de España pelean para unificar los textos escolares, a fin de reducir la diversidad y la regionalización, textos que se dan libres como parte contractual del Estado de bienestar a cada educando.
En las democracias nórdicas el empleado mejor pagado es el profesor y la educación es en general gratuita, pues el mayor porcentaje de inversión oficial se destina a la cultura, no a armas. Y nosotros acá discutiendo y argumentando sobre si debe o no enraizarse en el mando histórico la persona más dañina habida en todos los tiempos para la nacionalidad, la soberanía y la identidad patria.
Nosotros dividiéndonos y segmentándonos en vez de constituir el puño fuerte que derrumbe de golpe, y para siempre, al pus y la malignidad. Nosotros embanderados en facciones ridículas y corruptas, usualmente anacrónicas y faltas de sustancia ideológica, cuando no integradoras de una izquierda que no pasó de la década del cuarenta, cuando el padrecito Roosevelt y Stalin le orinaban la faz al mundo.
La cosmovisión hondureña marcha equivocaba; ocupa urgente la redirección. Imitando a la generación española del 98: doble llave al sepulcro del bipartidismo y del socialismo arcaico. Necesitamos inventar otro moderno y humanista.