Muchos son diputados del Congreso Nacional, que para rematar la 'peladura' de piel reptil, van por la reelección a una curul llena de vergüenza, alimentada por cómplices que ya salieron en su defensa, como el gerente de Honduras, Juan Hernández, quien desde su 'ZEDE' gritó: 'Hay que respetar la dignidad de cada uno' […]. 'Se deberá comprobar de forma correcta las acusaciones de corrupción', dijo el hombre sin miedo, sin pena y sin gloria.
Una defensa ridícula que no alcanza las enormes voces de responsabilidad moral y política como la del mismísimo presidente Joe Biden, que ha aplaudido la lista y ha anunciado que trabajará con la región en temáticas anticorrupción.
El enviado especial de los EEUU para el Triángulo Norte, Ricardo Zúñiga, fue otra voz que anunció en rueda de prensa que se aplicará la Ley Magnitsky a las personas que salgan involucradas en futuros listados y que vendrán sanciones no solo para el corrupto, sino también para sus familiares.
Por su parte, Antony Blinken, canciller norteamericano, afirmó: 'Hoy damos un paso más en la lucha contra la corrupción en Honduras, contra actores corruptos y antidemocráticos'. Eventualmente, la congresista por California afirmó que los funcionarios señalados en la lista Engel 'han alimentado la inestabilidad, han socavado el Estado de derecho y han trabajado contra la gente'. Simultáneamente, en su tajante estilo, Donald Trump dijo que estos son 'dictadores de la calle'.
Por otro lado, Adriana Beltrán, directora del programa de seguridad ciudadana de la influyente Oficina de Washington para América Latina (Wola), enfatizó: 'Acciones claras y contundentes que apuntan a que la lucha contra la corrupción sea central para esta administración'.
Asimismo, Juan González, asesor de Biden desde el Consejo de Seguridad Nacional, apuntó: 'Se busca formar una fuerza de tarea para trabajar conjuntamente con las fiscalías locales, para ir tras los grupos trans-criminales'.
A su vez, Fulton Armstrong, profesor en la American University y exasesor de la administración Clinton en temas latinoamericanos, afirmó: 'Una comisión regional es una buena idea', para desmontar las estructuras de la violenta corrupción.
Dicho de otra manera, se requiere de gente seria, no payasos de corbatas bonitas que husmean el hueso político para calcular los discursos de una lucha hipócrita y vacía contra la impunidad. Además, 8 millones de hondureños también gritan y piden un organismo regional de apoyo a la investigación que involucra a los políticos y empresarios poderosos, con bases sólidas; un organismo inspirado en la Misión de Apoyo contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (Maccih), con la cooperación técnica de agencias federales estadounidenses de aplicación de la ley y así poder reestructurar la asistencia bilateral a las fiscalías generales.
Incluyendo al Consejo Nacional Anticorrupción (CNA), uno de los pocos organismos de la sociedad civil que sigue investigando y acusando a funcionarios corruptos en el país, y que hoy está bajo ataques con fuego y saliva desde la 'ZEDE presidencial', donde la lista de los deseos solo sirve de alfombra para que pase el próximo reyecito sin visa, pero con pasaporte al botín.