Columnistas

La Honduras del siglo XX

La gradual democratización del sistema político tras la dictadura caríista empezó con el ascenso de Juan Manuel Gálvez al poder, (1949-1954). Percatándose del atraso y estancamiento de Honduras, y con asesoría de técnicos enviados por el FMI y BM, impulsó un programa de reactivación económica: creación de la banca estatal, impuesto sobre la renta, diversificación agrícola (café, algodón, caña de azúcar) por parte del agro empresarios nacionales, con ello impulsando nuevas fuentes de empleo en las áreas rurales, el crecimiento de la burguesía, estimulada vía otorgamiento de exenciones y dispensas tributarias.

Los programas asistenciales de Estados Unidos permitieron financiar la construcción de infraestructura vial, mejoras en salud pública, modernización del ejército, impulsó a la manufactura bajo el modelo sustitutivo de importaciones, auspiciado por la CEPAL.

Las elecciones presidenciales de 1954 presenciaron el triunfo de la oposición liberal, con su candidato Ramón Villeda Morales, quien hizo suyos los programas social-demócratas del PDRH, cuya existencia, nunca reconocida legalmente por el Estado, concluyó ese año. Durante 69 días del histórico 54, miles de asalariados de la United y la Standard Fruit decretaron paro de labores reivindicando reclamos laborales.

Estas huelgas también acaecidas en otros puntos del país fueron las más importantes en la historia social hondureña. El obrerismo organizado y los sectores medios irrumpieron en la sociedad y política con sus propios planteamientos y demandas. Al no obtener la requerida mayoría absoluta, el Partido Nacional dividido en dos alas: caríista y galvista, se unificó a efecto de impedir que el Congreso decidiera a quien debía suceder en el Poder Ejecutivo a Gálvez. Este alegando enfermedad se ausentó del país. Al vencerse su periodo sin haberse escogido al sucesor, la ruptura del orden constitucional posibilitó que su vicepresidente Lozano Díaz se proclamara jefe de Estado.

Finalmente, la mujer conquistó el derecho a elegir y ser electa, pese a la renuencia en el Legislativo. Su afán continuista, vía elecciones fraudulentas, provocó su derrocamiento por las Fuerzas Armadas en 1956. La joven institución irrumpía en el escenario político, como grupo cada vez más influyente. La Junta Militar de Gobierno decretó la seguridad social, autonomía para la universidad. La elección para la Asamblea Constituyente, con mayoría liberal, escogió a Villeda Morales como presidente, excediendo sus facultades limitadas a legislar. Su gobierno (1957-1963) emitió legislación laboral, agraria, educativa, con el aliento de la Alianza para el Progreso.

El campesinado empezó a organizarse, orientado en el sur por la Iglesia Católica. El intento golpista por derrocarlo fracasó (1959) merced a la defensa del régimen por parte de civiles liberales. Su cruento derrocamiento, vía golpe de Estado (1963), coordinado por López Arellano y Zúniga constituyó un retroceso, reprimiendo a la oposición política y sindical.La década de los sesentas presenció la creación del Mercado Común Centroamericano, el creciente déficit comercial con Guatemala y El Salvador, culminó con el conflicto bélico con esta nación (1969). desnudando la corrupción al interior del Ejército, ayuno de adecuada preparación y liderazgo para la defensa de la soberanía.