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La depuración, más que necesaria

EL HERALDO presentó un informe que vincula a altos oficiales de la Policía Nacional con la planificación y asesinato del general Julián Arístides González y Alfredo Landaverde, además de Alejandro Vargas y Carlos Pineda. Se ha analizado sobre si la Policía Nacional deberían depurarla o eliminarla y claro está, el resultado es que la depuración es necesaria, porque se ha evidenciado que muchos oficiales y agentes han estado vinculados con el narcotráfico, crimen organizado, secuestros, extorsiones y sicariato, entre otros delitos.

Estos policías que juraron combatir y reprimir el delito son y han sido parte del problema de violencia y criminalidad que impera en el país. Han afectado a la institución policial, ya que la percepción sobre su quehacer y capacidad para combatir la delincuencia es mala, pues se piensa que es poco efectivo y se desconfía de sus actuaciones. Sus integrantes se prestaron para hacerle el juego perverso al Estado y los mandados a los que se dedican a la criminalidad organizada, destruyendo así el ideal de servir a las personas y proteger sus bienes.

La Friedrich Ebert Stiftung (FES) en su libro sobre “Reformas policiales en América Latina” establece que “a la hora de desarrollar estrategias integrales de control del delito… son deficientes: la mayoría son anacrónicas y desactualizadas orgánica, funcional y doctrinalmente, lo que favorece la reproducción de prácticas alejadas de la legalidad”, sumado esto a la mala comunicación que establecen con los mandos intermedios y policías de la escala básica, la aplicación de prácticas represivas y violaciones a los derechos humanos que no se han cuantificado aún; lo paradójico es que en las actuales circunstancias ya no deben contar con la protección de los grupos económicos y políticos, porque ellos también están preocupados por su suerte. Es necesario que el proceso de depuración sea efectivo y transparente, que la comisión que se nombre sea eficiente y que presente los resultados a la población, la cual tiene cifradas sus esperanzas en este proceso, esto claro está, si no será una de las muchas comisiones creadas.

*Directora del Observatorio de la Violencia de la UNAH