La revista Istmania ha publicado (Managua, Abril 2023) una investigación genealógica de don Manuel Aguilar Trujillo nombrada “El leonés Juan Nepomuceno Fernández Zelaya (1790-1857), Jefe de Estado de El Salvador (1841-1842) y Honduras (1847)”, cuyo título repugna de facto al hondureño, aunque sin razón, pues se ha creído siempre, como afirman los tradicionales textos de historia, que ese ilustre, enigmático y zorruno político de Centroamérica era nacido en los cerros más íntimos de la nación catracha.
Pero ocurren contradicciones. Siendo cierta la voz del ensayista, de quien no se duda, sobre todo al publicar su pesquisa en una revista de la Academia de la Lengua, otro motivo de discrepancia con la historia usual ocurre al datarse que Lindo nació en Tegucigalpa en Mayo 16 de 1770, cuando según la partida de nacimiento, asentada en León y que posee el investigador, fue en Abril, ocurriendo su muerte 83 años más tarde, el 26 (no el 23) de Abril de 1857 en Gracias a Dios, hoy departamento Lempira. Intrigantes hallazgos de la exploración científica que interrogan ¿por qué tanta imprecisión?
“D. Juan José de la Madris (sic), Canónigo de esta Santa Yglesia Catedral” reza el acta “bapticé, puse óleo y crisma a Juan Nepomuceno, español, hijo legítimo de D. Joaquín Fernández Lindo y de Da. Bárbara Zelaya. Nació en veinteisiete de dicho mes. Abuelos paternos D. Alonso Fernández Lindo. y Da. Mercedes Molina. Maternos D. Josef de Zelaya y Da. Rosa Fiallos”. Bárbara Josefa era hondureña, de apellidos Zelaya Fiallos.
Es probable que, para honrar al abuelo Juan Nepomuceno, él se identificó Lindo antes que Fernández y Zelaya, curiosidades propias del romanticismo, por ejemplo preferir nombres sonoros, cual Lord Byron, que era en certeza George Gordon.
Similarmente, la historiografía asevera que Lindo hizo estudios primarios en el Seminario de Comayagua y universitarios en la Audiencia Mexicana. Aguilar Trujillo lo desmiente. “(...) ingresó al colegio Seminario de Nuestra Señora de la Asunción en Guatemala (1802), permaneciendo allí hasta 1807. Más tarde graduó de bachiller en Derecho Civil en la Universidad de San Carlos, ingresando como abogado a la Real Audiencia. Fotocopia del expediente de su examen de abogado en 1817 obra en mis archivos. Allí aparece con nombre de Juan Nepomuceno Fernández Lindo y Zelaya”.
Y final, la contradicción cronológica citada sobre su muerte “en Gracias el 26 (no el 23) de Abril de 1857 (no 1853)”. En “Gobernantes de El Salvador”, María Leistenschneider cita que el padre de Nepomuceno “era de raza judía” (...) asunto con bemoles.
Para ser bautizados Juan Nepomuceno y su padre debieron presentar un expediente de “limpieza de sangre” (sin eso era imposible ingresar a colegios y universidades), por lo que la familia debió proceder de judíos conversos (marranos), única forma para ser aceptados en esa rígida sociedad semifeudal.
¿Importa mucho ello? Relativamente sí y no. Para la época los nacidos en el istmo eran declarados centroamericanos paisanos, sin distinción de frontera, a grado tal que Lindo fue jefe de Estado en dos países y Dionisio de Herrera en tres.Tiempos en que las identidades sociales, más que los nacionalismos brutales, imperaban.