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El liderazgo como el arte de influir

¿A quién no le agrada sentirse valorado e importante en cada una de las actividades que realiza? A lo largo del tiempo, muchas organizaciones educativas, empresariales y grupos comunitarios, han enfrentado diversas dificultades en poder generar un sentido de pertenencia en sus actividades laborables y lograr un compromiso por parte de los colaboradores. Debido a que no han sido capaces de inspirar y generar influencia sobre ellos, y se sabe que ante liderazgos dictatoriales y corruptos la gente se rebela.

De acuerdo con estudios realizados por la empresa de Consultoría Interdisciplinaria en Desarrollo (CID Gallup), el 70% de la falta de compromiso del equipo de trabajo está determinada específicamente por un liderazgo ineficiente. Quizás exista una definición errónea de que los líderes son aquellos que poseen un escalón superior en la jerarquía social o mayor poder económico, político e incluso académico. Sin embargo, un líder no solo genera instrucciones, sino también, tiene la tarea de detectar, reconocer y potenciar las habilidades y talentos de los demás. Resaltando que, en términos de liderazgo, “un líder debe formar nuevos líderes”.

Existe una regla universal que todos y todas deberíamos de implementar en nuestro diario vivir y es aquella que nos dice que “hay que tratar a los demás como queremos que nos traten a nosotros mismos”, por lo que sería fenomenal que la consideremos como la regla de oro en aspectos de liderazgo; por ejemplo: ser el maestro que desearías haber tenido, el hermano con el que te gustaría vivir o simplemente el vecino que te gustaría tener. Porque puedes ser un abogado con posdoctorado o un director empresarial, pero ser un líder antipático incapaz de conducir a las personas e influenciarlas para generar una acción.

¿Sabes cuál es el mayor deseo de las personas? Dale Carnegie expone en uno de sus libros que el mayor deseo que los seres humanos poseen “es el hecho de sentirse importante, valorado y respetado”.

En definitiva, esta es la verdadera esencia del liderazgo: inspirar e influenciar a la gente. Porque dirigir es la acción que realizas, pero el liderazgo es la persona que eres y la influencia y el impacto que generas en las personas cuando están contigo.

El liderazgo es un sinónimo de “influencia”, como dijo John Maxwell, “el liderazgo es el proceso de influir”. ¿Todos generamos cierta influencia, no? Para bien o para mal.

Qué tal si representamos el resultado final de la efectividad del liderazgo con las siguientes interrogantes: cuando te ausentas, ¿las cosas quedaron mejor que como las encontraste? ¿Contribuiste a un mejor desarrollo de tu grupo? Incluso, ¿su vida marchará mucho mejor con solo haber compartido unas cuantas semanas contigo? Porque, como mencionó James Hunter, “el liderazgo es influir, es la huella que dejamos en las otras personas y que dejamos en los lugares donde estuvimos”. ¿Se sentirá contenta la gente que pasó por tu vida?

Ser un líder con vocación de servicio es ser capaz de identificar y satisfacer las necesidades legítimas de las personas con las que comparte. Sus necesidades, no sus deseos.